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pro.porcion
á
el haber·respectivó de sus individuos. En esta
par~
,te los decimadores particulares de .cada Parroquia, en que
en~
tran
el
Clero inferior, las fábricas, y los legos, sufren un gra"l'
vámen desi<Yual, respecto de los decimadores universales, como
regularmen~e
son los Obispos y Cabildos.
S
2
6
.
El perceptor de una sola Parroquia, si le separan un
dezmero de crecidos .frutos, padece una diminucion
considera~
ble, sin tener compensacion en otra. Elllebador universal re-–
para la diminucion, que le causa
el
rico ·escusado de una Igle–
sia, con la pequeña detraccion, que le hace en otra un dezme-.
ro de pocos haberes.
)
52 7
Entre los partÍcipes particulares hay tambien desigual•
dad notable. Donde los ciezmeros son muchos y de fortunas me"
9ianas, es corto
el
gravámen de-:l<ts perceptores de la Parroquia,
~mnque
tengan una renta muy:ecistida. Así sucede en
el
Arzo..
bispado de Valencia , que con ser sus r:entas Eclesiásticas las ma-1
y
ores de toda España, produce
el
Escusado muy corta cantidad,
por la multitud y medianía de los dezmeros.
'
,
52
8
Por el contrario, donde solo hay uno
Ú
dos dezmeros
gruesos , aunque
el
perceptor particular de la Parroquia goco
de una renta moderada , lleba sobre sí una contribucion crecida,
separándole la casa mayor.
1
s
2
9
Los Obispados tampoco son iguales en
eJ
número do
J?arroquias, y suelen sacarse mas Escusados en un Obispado de
medianas rentas , que en el que son muy grandes.
"
5
3
o
Estas
consider~ciones,
y otras que pudieran añadirse,
pueden inclinar el piadoso corazon del Rey ,
á
que se busque
y
tome un temperamento prudent:e, que reduciendo las cosas
á
la igualdad posible, proporcione los alivios del Clero, sin
de"\
trimento grave de los derechos del Rey.
S
31
El
R. Obispo propone que se establezca la Unica Con..–
tribucion ; pero
el
Fiscal, despues de muchas reflexiones hechas
con deseo de acerrar, se há ·detenido en que para aquel estable–
cimiento deben examinarse muchos puntos' averiguarse y reco–
nocerse innumerables hechos respectivos
á
todos los vasallos del
Reyno, que no son del Expediente, ni constan de
ti .
Sería muy
arriesgado sin estas instrucciones y otras experiencias , aventurar
un dicrámen, qu,e no solo se
ceñiría
á
el Escusado, sinó que se–
ría transcendental
á
las demas contribuciones
ó
rentas que lla–
man
::r~vinciales,
cuya alteracion pide mucho pulso
y
otros
conocimientos.
E
e
Por