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dades morales tienen la responsabilidad de sus ac–
ciones. Esta
responsabilidad supone
en
ellas
la existencia de las facultades
ó
atributos necesarios
para encaminarse
á
la consecucion de sus deBtinos.
Asi es que toda sociedad política, todo Estado, es un
poder autónomo; se halla investido, á causa de las
neces:dades propias de su existencia, de las facul
tades indispensables para organizarse y constit:uirse
de la manera mas adecuada á la realizacion de
sus fines.
En una palabra, la sociedad tiene el
derecho de gobernarse. Como el gobierno directo
del pueblo por si mismo es
imposible, la colec–
tividad social delega el ejercicio de sus Jerechos
en ciertas y determinadas instituciones, tales como
los poderes legislativo., ejecutivo y judicial.
Los mandatarios de un pais como el argentino,
cuyo sisten1a de gobierno está fundado en los an–
teriores principios, no gobiernan en nombre de una
fraccion~
de un grupo
ó
de una institucíon social
detern1inados. Gobiernan en nombre y represen–
tacion de
la sociedad entera, que es la fuente y
raiz de toda autoridad ejercida en su seno.
Dedúcese de lo expuesto, que
á
los
interese~
y
necesidades pernianentes y fnnda1nentales que han
originado el gobierno y sus fines políticos, deben
subordinarse los intereses y necesidades de cual–
quier gTupo, de cualquiera sociedad,ya sea religiosa,
industrial, científica
ó
artística. Esa subordinacion