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garlos
á
restablecer los idolos que habian derribado;
que Juliano el filósofo hizo
á
la religion una perse–
cucion mucho mas tenaz
y
terrible que la de
N
eron;
que el Califa
O
mar destruyó mas de cuatro mil te1n–
plos paganos, ó iglesias cristianas, y extendió por la
fuerza de las armas en dilatados paises la doctrina
del falso profeta; que las contiendas religiosas so–
bre el Alcoran han originado guerras sangrientas
entre persas
:r
turcos.~
Las teocrácias mas
ó
rnenos francas ó encubier–
tas son siempre perniciosas
é
inícuas. Extraviadas
por el fanatismo qrie ofusca y ciega, pretenden go–
bernar
y
dirigir no solamente los actos humanos
de carácter
social~
sino los pertenecientes al fuero
sag-rado
é
inviolable de la conciencia: tienden á rom–
per la armonia que debe existir entre los intereses
legítünos, estatuyendo el predominio \>dioso y abso–
luto de uno sobre
lo~
demas.
Sobre esta base,
á
todas luces injusta, no se puede ni se debe proyectar
un nuevo regimen para la iglesia argentina.
331.-Hay un sistema inverso al anterior· Con–
siste en poner
á
la iglesia bajo la absoluta depen–
dencia del poder civil , en
lo que
se refiere á
su régimen interno y sin
cará<~ter
temporal alguno.
El sistema anterior significaba
la absorcion del
Estado por la Iglesia, de la sociedad laíca por la
sociedad religiosa. El presente implica la absorcion