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ciles de sobrevenir, no n1ejoran por mucho tie1npo
las condicioneR del clero')
dichos
interinarios se
prolongaran indefinidamente. .
Esto sucede hoy en la Reptí.b1ica Argentina. ij:a–
ce lllUChísimo tiempo que
fas parroquias de la
S
diferentes provincias solo
tienen curas interinos,
no1nbrados casi siempre directa1nente por los obis–
pos y sin intervencion alguna del patrono. Este
ültimo se ha preocupado de tal estado ele cosas,
cuya subsistencia menoscaba sus derechos¡ y burla
su accion protectora y vig·ilante sobre las personas
y cosas vinculadas al ejercicio del culto püblico.
El señor
Fact~ndo
Zuviria, n1inistro del general
U
rquiza en el departamento del culto, trató eete
asunto, en t1na nota que eon fecha
19
de
J
nnio de
1855,
dirigió al provisor de la diócesis de
o~~yo,
con motivo de ciertas desavenencias surgidas entre
el gobernador de la provincia de San Luis y la
1nencionada autoridad eclesiástica respecto
á
la pro-·
vision del curato de la iglesia tnatríz de San Luis.
El señor Znviria tomó en1peño en de1nostrar la
faeulta~
del gobierno para intervenir en el nonl–
bramiento de lo'3 curas i:lterinos cuando duran mas
de cuatro tneses. Entre
otras~
fonnnló las
siguien~
tes declaraciones:
«De igual mudo
·s.
E. ha tenido en
\Ti~ta
que
ni las leyes citadas al principio .de esta nota, ex–
cusan al ordinari-o de la
prévia presentacion
en la
•
)