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notetble~
palabras:- J_ja cnestion de hecho no prue–
ba nada contra lo qne llamais la pretension del cle–
ro ; pero lo sabeis n1ny bien, no es una pretension;
es nn prindpio inviólable de la Ig·lesia.--Como ha
dicho el honorable Vilain XIV,
la ense1ianza rel
i–
giosa dada por lo.s laicos será un jJrincipio de cis-
1na. La ensefianza dada por laicos es una cosa üza–
ceptable
ba.joel
p~tnto
de vista católico.)
241.-Cuando se cliscntió en Holanda la lEy de
enseñanza, los católicos fueron los defensores y abo–
gados de la escuela completamente laica. El arci–
preste de la Frisia decía con est.e motivo en el
parla1nento: (¡Para ver reinar la concordia, la amis–
tad y la caridad, es
necesario~
en nü
opinion~
q_ue
los nutestros se abstengan ele la ense1ianza de los
dog1nas de las diversas c01nuniones.
»
El señor Lagos C+arcia, refiriéndose
á
la autori–
dad de Laveleye, afirmó que el pontífice Gregorio
XVI, en nna carta dirigida c:d obispo de Irlanda
el año 41, decía que no debia ser condenada la es–
cuela laica y debia exigirse no se enseñase religion
en ella.
242.-Aparte de estos nobilísimos ejemplos, pudo
el señor Risso Patron , ya qne era tan virtno3o
como los sacerdotes que los dieron, inspírarse en las
fuentes 1nas puras y auténticas de la doctrina ca–
tólica: en las sagradas
eseri1 uras, qne siempre