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beis mandar 1-'uestros hiJos
á
esa escuela.).
Entre
estas palabras y las pronunciadas por el obispo
de Salta, hay un abismo.
Seg"LLn
el diario pari–
siense
Le Te1nps,
en el 1nismo sentido apreciaron
dicha ley, el cardenal arzobispo de Roan y el
obispo de Angers. Ambos recon1endaron la snmi–
sion
á
la ley
y
aconsejaron
á
los padres de familia
que vig·ilasen la eaucacion de las escuelas y denun–
ciaran los casos en que se faltase
á
la neutra lidacl
en 1naterias relig·iosas.
240.-El obispo de Gante, Bélgica, en una carta
dirigida á los regidores de la ciudad de Alost, con
fecha 30 de Octubre de 1855, les decía:
<<
Ignorais~
sin duda, señores) que la enseñanza religiosa perte–
nece exclusivatnente á la
Iglesia~
aun la clel cate
cismo, y que nadie, ni ann un
sacerdote~
puede darla
sin una rlelegaeion (le la autoridad eelesiástica.–
N
o solarnente el clero, sino todos los católicos ins–
truidos están de acuerdo con este prinGipio.
4
Es asi como en la sesion del16 de Jnlio de 1851)
en la cámara de diputados) el señor Vilain
XIV,
hoy 1ninistro de neg·ocios rxtranjcros, ha denlos–
trado que es un error completo sostener que los
padres tienen el derecho de enseñar el catecistno
á
sus hijos y que pueden delegar este derecho
en
los profesores de los colegios.
El señor de Decker,
rninistro actual del interior ha ido 1nas lejos cuando
en la ses ion del 17 de Julio ha pronunciado estas