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puede y debe juzgar cuestiones puran.ente religiosas
dogtnáticas, co1no creo no ignora el juez federal.)}
Asi, en concepto del señor Can, cotno en con–
cepto de todos sus correligionarios, hay dentro
del Estado una jerarquía ele personas intnunes é
irresponsablr,s, que no solatnente son independientes
del órden político, si no superiores
á
todos los grados
de la sociedad civil.
Tan avanzadas aseveraciones formuladas por fnn–
ci9narios que el EBtado sustenta y cuya importancia,
en el órden social) depende ele los honores y prero–
gativas decretadas en su favor por las leyes civiles,
parecen n1as bien delirios de una ilnaginacion exal–
tada por el fanatis1no, que frutos de una inteligencia
que examina y percibe las cosas bajo el punto de vista
de su realidad objetiva.
I_jo
expuesto basta para clen1ostrar qne si el go–
bierno argentino hubiese sido del todo cornplaciente
con las exageradas pretensiones del clero, ya no
pretendería éste constituir una j erarquia indepen–
diente del Estado y superior
á
todos los grados de la
socieclad civil; reclamaría para sí ó para sus n1ietn
bros mas conspícuos, el derecho de regir perpetua
1nente los destinos del pais, co1no una prerogativa
inherente
á
la investidura sacerdotal.
Estudiando las cosas en sus últin1os resultados, en
su significacion práctica y trascendental, esto es lo
que includablen1ente pretenc1e el clero) al exjgir rrne