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211.-Las cuestiones suscitadas por los
funcio~
narios eclesiásticos aludidos estuvieron
á
punto de
producir nuevas y graves complicaciones) por el
apoyo 1nas
6
1nenos franco que le prestaron
ot~~os
1nie1nbros del alto clero.
El
nuevo obispo de la
diócesis de Córdoba fray Capistrano Tissera, qu_e
al ocupar su
silla apostólica parecía dotado del
mejor espíritu de 1uansedumbre y de conciliacion,
se dejó do1ninar un 1uomento por el influjo de las
pasiones excitaLlas de sus correligionarios,
y
escribió
al obispo de Salta una carta de felicit.acion, por la
pastoral de que hetnes hablado. Algo parecido
hicieron , en docu1nentos
rlistintos~
otros obispos de
la República. Y, corno para rematar esta obra de
resistencia al poder civil, de desprestig·io de
la~
leyes
nacionales
y
de
solid~ridad
entre l0s
sacerdot~s
en–
cargados del gobierno de las diferente rliócesis del
pais, el Iltn1o. arzobispo de Buenos Aires, n1onseñor
Federico Aneiros, en un oficio dirigido al ministro
del culto le decia:
«La triste nueva de la n1uerte de dicho señor
obispo (
~1
de
Salta) ~
1ne excusára
a
e contestar si
fuera solo personal su contenido. Mas, oído el
dictá1uen y opinion del V. Consejo, debo exponer
á
V.
J~.
que las causas que se refieren
á
la destitucion
6
traslacion de
los obispos son de
la exclusiva
competeneia del sumo pontífice, único juez privativo
en ellas.
E~te
punto de derecho canóni<:o no
arr-