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ciones argentinas, que los poderes del Estado repu–

blicano y de1nocrático dependan ele una autoridad

1nonárquica.

en tal r ..osa se consintiera, la nacion

argentina sería, en resútnen, un país 1nonárquico,

sometido á un poder absoluto é irresponsable,

t~on

las apariencias de una democrácia.

La 1nagnitud ntistna de este ahsurdo basta para

de1nostrar que no existe ni puede existir tal depen–

dencia del Estado respecto de la Iglesia.

Hemos tomado en ·consideracion el fin inmediato

de la Iglesia solameHte, por ser el único que per–

tenece al órden ten1poral y afecta ó puede afectar

las relaciones sociales del ho1nbre. El fin 1nediato

y sobrenatural es un resultado del prilnero·, y ese

resultado ho pertenece sinó al donlinio de las con–

ciencias: no da título alguno para ejercer el gobierno

de la sociedad. Por eso el

azareno dijo:

reino no· es de este 1nundo

».

131.-Las sodedades religiosas) la iglesia

cató~

lica por ejemplo, que es la que aspira á ejercer en

este pais una supremacía excluyente, no puede nun–

ca legislar con acierto para las naciones en donde

todos ó una gran parte de sus habitantes aceptan

sus doctrinas; porque la facultad de legislar,

ade1nás de suponer una delegacion que los es–

tados autóno1nos no han conferido al ro1nano pon–

tífic0, requiere conocimiento perfecto · de las con–

diciones especiales de cada pais, de sus necesidades,