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que ser artificial é inconsistente; solo podrá producir
un equilibrio mo1nentáneo, un equilibrio instable,
como el de aquellos objetos con los quA se procura
burlar las leyes de la pesadez dando
á
su centro
de gravedad una posicion elevada, indébida y peli·
grosa. Las luch11s
frecuentes que en el te_rreno
de los hechos se presentan) están de1nostrando que
los representantes de la Iglesia jan1ás abdican. Los
n1as n1oderados contemporizan
á
veces; pero cuando
reciben órdenes expresas del j efe de la cristiandad
para resistir, resisten con los propios é ineficaces
elementos de que pueden disponer.
N
o nos extraña, pnes, que en la República ar–
gentina se hayan presentado conflictos de esta na–
turaleza, cuando el poder civil ha intentado seguir
el can1ino natural de las refonnas, inspiradas por
el ámplio d sarrollo de
las instituciones funda–
n1entales de la República y por los atributos inhe–
rentes á la soberanía nacional que por delegaeion
eJerce.
129.-Ahora bien; cuando se presenta uno de
estos conflictos en que
se marca claramente el
antagonismo entre
los dos poderes; cuando las
autoriclades del Estado se encuentran bajo el influjo
de las eÍ1contradas corrientes de los intereses del
órden civil y de los del órden eelesiástico ¿cuál
es la línea de conducta que deben 0bservar? Cuando
los altos
y
los :;;uba1ternos funcionarios, cuando los