DE
U.
CONTRICION.
S5
que oyó una voz que decia : ¿Qué intentas, Agustino
?
' ¿Piensas
que es posihle contar las gotas del mar,
ó
abarcar con la mano to–
da la reJondez de la tierra , y hacer que esos cielos suspendan el
curso y carrera Je sus movimientos? Lo que uingunos ojos vieron,
¿quieres tú ver? Lo que ningunos oídos oyeron,
¿
quiéren oir los
tuyos? Lo que humano corazon no akanzó, ni entcllllirnicnto,
¿
ima–
ginas tú que lo has de alcanzar?¿ Qué fin ha de hallarse á lo que
no tiene fin? to que es
inrnen~o,
¿cómo puede ser medido? Pri–
mero te serán posibles todos estos imposibles, que tú puedas enten–
der, ni descubrir, la menor parte de la gloria que gozan los bien–
aventurados. ta misma voz parece que suena en mis oídos al tiempo
que llega aquí mi pluma; mas sup11esto que he bosquejado parte Je
las penas que pa<le9en los condenados, haré un pequel'io rasguño, pol'
clondc se rastrae algo del ciclo, confesando ser imposible ajustarse
Ja mayor elocuencia, al rasgo menor de la gloria que Dios nos pro–
mete, si le agradamos (l): donde serémos semejantes
á
él
('2);
no
porque seamos iguales, sino porque su amor nos hará tales, dán–
donos acá dor!es preciosísimos de gracia , por los cuales seamos allá
consortes de su naturaleza divina, y participantes <le su eterna glo–
ria, dcifica<los y trasformados en Dios, á la m:rnera que un hierro
encendido y hecho ascua en la fragua uo parece ya hierro, sino fue–
go, y como el aire embestido Je los rayos del sol, de tal manera se
trasforma en claridad, que parece
la
misma claridad.
¡Oh qué go–
zo
tendrá el alma enamorada de Dios cuando oiga de su boca : Ven
esposa mia , del monte de la religion cristiana, ven, ven serás co–
ronada ! ¡Qué júbilos de alegría le da nin cuando se vea libre del in–
fierno y de los dientes del <lragon, burlados los demonios, y el pe.
cado muerto! ¡Cuando libr('; del destierro vuelva á su patria! ¡ Cuan–
do salva del naufragio llegue al puerto! ¡Cuando acahada la .guerra
salga victoriosa, triuufc Je sus enemigos y llegue
á
,Ja vista
1lc
aque–
lla ciudad santa de Jerusalen, que dibuja san Juan llena de grau
claridad
y
resplandor, de donde salen rayos como de piedras pre–
ciosas, criadas de un fuerte
y
alto muro, funJado sobre doce pie-
(i)
f.
Joao. c.
3.
o.
'2.-(~)
D. Th.
in
f.
.To:m.
3.