DE LA. CONTIUCION.
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. crió. de nada, todo el universo mundo. Considera tamhien que él es .
tirano que nos ciega, cazador que nos enlaza, traidor :que nos en–
trega, 1adron que nos roba, cosario que nos cautiva, eucantauor .
que nos embrutece, homicida qne nos mata, demonio que nos
¡
atormenta, enemigo capital, qirn ni á la hacienda, ni
á
la honra,
ni al cuerpo ni alma perdona; ciéganos el entendimiento , deprava
·
la voluntad, distrae la memoria, enciende el apetito, inquieta la
imaginacion
y
derrama los sentidos. El es el mar tempestuoso que
nos hunde, sima profunda que nos t.raga ,_aire corrupto que nos in·
ficiona' viento desecho que nos trabuca
y_
fuego abrasador q11e nos
consume;
y
como el rayo hace ceniza la espada sin tocar en la hai–
na, así el pecado dejando entero el cuerpo mata al alma; porque él
nos aparta de nuestro último fin (1), de todo nuestro bien,
y
nos
lleva
y
atrae á desdichados sur,esos,
y
á todo mal de sentido
y
da–
fio: él nos saca los ojos para que no veamos su fealdad ni hermo- '
sura de la virtud, ni la ofensa de Dios, ni nuestrn peligro; y coma
ladrnn que entra
á
hurtar' apaga la luz
d~
la gracia y de la razon .
para que no le echemos de ver, y nos hurta la preciosa joya que nos
compró Jesucristo con su sangre
y
vida: él nos hace esclavos de la
cosa mas vil que hay; porqne como dijo Cristo nuestro Srñor:
Quién hace el pecauo, siervo es del pec:Hlo ;
y
el que es vencido,
esclavo es de quien lo vence. El nos eslabona una dura cad\:'na he–
cha de tantos eslabones, cuantas son nuestras culpas,
y
tan larga
que llega al infierno y tiran de ella los demonios para llevarnos con–
sigo: él nos quita con la gracia
á
Dios, y lo echa de nuestra alma,
morada suya
y
casa de su reposo, vergel 1le sus deleites
y
templo
vivo de su deiclad, y toma poscsion de ella el espíritu inmundo, el
homicida de las almas, el traidor fementido Satan:ís
('.2) .
El nos
quita las virtudes morales inl'usas que acompafian la caridaJ, impi –
<len en gran parte los actos de la
fe
y de la esperanza,
á
la
manera
que se impide la potencia de un rey que está cautivo, la valentía de
un esforzado capitan que está aprisionado
y
la vista de los ojos al
que está
á
oscuras: quítanos los dones del Espíritu Santo que nos
(l)
Sophoa. i.-(2) llasilius ia Psal111. 33,