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392

TRATADO SETUlO

iba

á

entregarse á la muerte y tal" muerte, resígnate tú en las ma–

·nos de Dios, y dale gracias en medio de tus mayores aflicciones

y

trabajos.

..

.

'.2.

0

Llega

á

Je rusa len despues de las cuatro de la tarde, vé de-

gollar al Cordero , que era figura de su muerte ,

y

á las cuatro y

media entra en el Cenátulo, que era la mejor pieza de la casa, y

la mas aderezada;

y

puesta la

mesa~

se ciñó para comer el Cordero

Legal, y las lechugas amargas. Siéntase, vienen los criados á la–

varle los pies, segun l¡i costumbre de Palestina ; levántase Cristo

con esta ocasion, y postrado los lava él á sus .discípulos,

y

á Judas

el primero. Despues instituye el

Santí~imo

Sacramento

y

comúlga–

los. En esto

y ·

en la' Cena usual,

y

en hablar de Dios gastó hasta

las ocho. Aprende tú á pensar en tu muerte, á darle lo mejor

á

Dios, á comer el Cordero de Cristo Sacramentado, gustar con gus–

to la amargura 'de las tribulaciones,

á

ponerte

á

los pies de todos,

y á los de sus mayores enemigos primero,

y

hablar de Dios cuan-

do se ofreciere ocasion.

3.

0

De ocho á nueve anduvo mil y doscientos pasos, basta el

Huerto de Gethsemani, parn que así como la perdicion del mundo

comenzó en un huerto, así la salvacion de él se comenzó en otro,

donde dió mi Señor principio

á

su Pasion Sacratísima, con ferv.oro–

sa oracion , gran constancia , y encendida caridad, · segun su cos–

tumbre; allí padeció tan grande congoja y afliccion ' que dijo

á

los

tres discípulos, testigos de su transfiguracion: Triste está mi .alma

hasta la muerte, esperadme aquí

y

velad conmigo. Salteóle á mi

Señor la consideracion de sus tormentos, el desagradecimiento de

los hombres, la muchedumbre de pecados , la traiciou de Judas,

que le vendió por tan bajo precio á sus enemigos. Sentia su desdi–

chada muerte

y

condenacion eterna , la infelicidad

y

sueño de sus

apóstoles, la negacio-n de san Pedro, el escándalo de sus discípulos

y

la aíliccion de su ..querida madre. Y en medio de su mayor ago–

nía

y

tristeza deja

á

sus amigos

y

acude

á

la oracion que hizo pos–

tradl) en tierra, desde las nueve hasta las once, que sudó sangre,

resistiendo la razon al apetito'

y

con ella regó la tierra '

y

en este

tiempo fue

á

despertar dos veces á sus discípulos,

y

exhortarles que