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388

TU.A.TA.DO

SETll\10

a

1O.

Dcspues de la oracion e.¡aminarás brevemente, cómo te

ha ido con ella ; .si mal ' mirarás la causa para enmendarla '

y

pe–

dirás p·erdon á

n~estro

Señor,

y

andarás con mucho cuidado

y

di–

ligencia todo

el

dia, mortificándote para suplir con esto la falta de

Ja

oracion ":

y

si te hubiere ido bien, le darás

gra~ias,

y

le hal'ás

algun servicio.

11.

Pon en ejecucion los propósitos que sacares,

y

sé constan–

te en ellos, mortificando tus pasiones y afectos desordenados.

1~.

Conserva en la me.moría lo que mas te movió en la ora–

cion para huir del mal

y

seguir el bien. Y con'sé1·vate á

en la pre–

sencia de Dios, para que tu oracion le ·alabe ,

las reliquias de ella

le hagan fiesta entre el dia, como dice David, prorrumpiendo á me- ·

nudo en actos,

y

afectos de lo que has meditado,

á

este modo, lo

que mas te moviere: «¡Cómo ando tan lejos de Dios, estando Dios

tan cerca de mí ! .¡Cómo no miro

á

Dios, que me mira! ¡ Cómo abro

Jos ojos á las criaturas, y los cierro

á

mi Criador! ¡ Ay de mí pe–

cador, cómo he resistido

á

Dios! ¡Cómo le he ofendido! Presto mori–

ré; lo que yo soy, fueron los muertos, lo que ellos son, seré yo antes

Je mucho. ¿Qué será de mi? ¿Qué cuenta daré á Dios? Loco debo

de ser, pues no soy un santo. ¡ Dios por mí preso! ¡Dios por mí

alwfcteado ! ¡Dios entre ladrones pon¡ue yo me salve! ¡Dios coro–

nado de espinas por este gusanillo, y yo con guedejas

y

rizos! ¡Dios

rodearlo de sayones que !e escarnecen,

y

yo acompañado de cria-

.Jos que me sirven! ¡ Dios desnudo

y

yo vestido de s.cda ! ¡ Dios

azotado por este ladron ! ¡ Dios muerto por mí! ¡Oh mi Dio_s, quién

le

amase! ¡Oh quién muriese por

ti

! ¡Oh eternidad! ¡Oh infierno!

¡Oh gloria, cte.

!

»

Esto es lo que llama san Pablo fe;vor de espíri–

tu (

1);

porque como el agua que hierve al fuego, se adelgaza, bulle,

salta

y

echa vapores

::í

lo alto, así el alma que sale <le la oraciou

fervoros::i , con el fu ego J e! amor de Dios , hierve

y

bulle dentro de

sí con deseos de agra<l;ule, lcv::íntese sobre sí, descárnese de todo

lo terreno; espiritualícele amando lo eterno, y ptorrumpa en seme–

j:rntes afectos , que la

tra ~~ n

cndiosaJa ,

y

le

hacen

poner por obra

(1) Ad 11om.

~ .