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TllATAOO SEtmo
que lo llevasen primero, parn que le pagase este juez los treinta
dineros <le la entrega,
á
quien estaba remitida la ·paga, preséntanlo
ante él los escribas
y
fariseos, examina el juez eclesiástico al que .
lo es <le vivos
y
muertos, de su doctrina
y
<liscípulos
(1):
reponde
Cristo con modestia , que su docl.ri11a no es de rincones; dan le uua
bofetada cruel, afrentosa ,
é
i11jusla: remitenlo
á
Caifás, donde lle–
gó
á
las doce
y
media : ali i le mofaron
y
escarnecieron;
:illí
le le–
vantaron muchos folsos testimonios ; allí le preguntaron quién era,
y
porque Jo dijo, lo tuvieron por blasfemo
y
digno de .muerte: allí
le negó san Pe<lro Lres veces,
y
san Juan fue á dar ariso
á
la
Vfr–
gen de lo que pasaba. Y
á
las dos de la noche le ataron
á
uu árbol
del patio , y se fueron
á
<lormir, dejándole con gente de guarda,
que lo vernlaron los ojos.
y
jugaron con él
á
adivina quién te dió,
pegüudole crueles bofetadas
y
pescozones,
y
le hicieron otras mu–
chas injurias hasta la mafia na; pagando
el
nuevo Adan debajo <le
un árbol la culpa, que el vi<'jo cometió 1lehajo de otro.
Sufre tú las .i11jurias con pacie11cia, sin pedir, ni desear vengan–
za de quien te la hace;
110
te escuscs, ni vuelvas por tí, si te ca–
lumniau
y
oprimen tn corazon
y
verdad, desecha la tibieza
y
vana
presuncion; huye la compañía de los malos,
y
la vista de las muje–
res, que te harán renegar como
á
san Pedro; sal como él de las
ocasiones <le pecar, llora amargamente tus culpas, que tantos
1lolores le costarnn
á
Cristo: pídele te mire con ojos <le misericor-
1lia , para que conociendo tns pecados hagas penitencia de ellos.
G.
0
A las cinco de la mat1ana se juntaron en casa tle Caifás los
i:;etenta
y
<los jueces del Concilio, que llamaban Sanendrin;
y
ha–
cien1lo e11Lrar <lc11tro á Jcsus, le preguntaron si él era Cristo,
y
rcspondientlo c¡ue sí
('2)
juzgaron que convenía muriese, porque
110
pereciesen los tlem•)s;
y
despues <le haber tratado por espacio de
hora
y
metlia tle las :icnsaciones que le ponían, lo sentenciaron
á
muerte, y sabié111lolo Judas, le pesó de haberlo vendido, confesó
su pecailo, rr. sl.il11:-ú
el
dinero,
y
se ahorcó. Confúndete
tú
de <1ue
los malos ma1lrng11en para
o~emler
:l
Dios,
y
tú
110
para alabarle;
(1.)
.To~uu.
n; ..
-(1)
lHarc. H.
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