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.

)

V

~78

TRATADO oumTO

faltas de algun

1

uclas,

ni.se

les da licencia para ser fiscales de vidas

agenas, ni para andar como perros ventores oliendo lo que el otro

hace, y cómo vive, para sacarlo de rastrn; que eso no es oficio de

.

.

.

caridad, ni de hermano, sino de demoni·o. Los superiores , como lo

era san Pedro, quiere Dios que huelan las culpas mi1cho antes que

se hagan, despiertos.sin cavilaciones pmdentes, sin astucias y vigi–

lantes, sin juicio, sin sospechas , sin malicias, inquiriendo, y pro–

curando saber, no en particular, sino en comun, ·y con prudencia

y '

recato, cómo viven sus súbditos, ó súbditas, dónde van, en qué

andan, con quiéú conversan, qué hacen, velando él mientras duer–

men ellos, y no cumple con cerrarse en · su aposento ,

ú

oratorio;

y

darse

á

Ja oracion, encomendándolos

á

Dios ,

y

buscando su paz

.Yla ·quietud de su alma ; obligacion tiéne de dejar el. repos9, y sa–

lir fuera de él

á

mira1· por su república, comuni<lad,

ó

casa, no

para corregirles judicialmente (que eso no se puede hacer sin que

preceda infamia) ni para pasar del recato

á

Ja sospecha, ni de la

provide~cia

á

la malicia,

íü.

andar

á

caza ,

y

á

ojeo de culpas en

· personas

qu~·

proceden bien, sino para corregirlos paternalmente en

secreto,. y ,con caridad' aunque sea de pecados veni·ales, si "son muy

frecuentes, pues las faltas ligeras de los súbdítos, suelen ser culpa

grave en el superior ·; si las disimula

y

pasa por ellas ' con daiio

y

cJesá.édito de su. comunidad ó-familia.

Y

porque no hay cosa tan

delicatlá, ni que más tient9 ·pida, para no esceder,, que el avisar

ó

' coiTegir·'pecados agenos; pues uua palabra desmandada,.

ó

inadver–

tida, suele impedir el efocto de la correccion

y

enmienda,

y

.aun

m.andar al corregido, com? el barbero al enfermo , cuando no hiere

·

c.on

tiento la vena ,

y

lastima al nervio;

y

es menester que el su–

perior,

ó

el particular mire. l<;> que

di.ce

,

y

á

qui~n

lo dice,

y

cuán–

do,

y

cómo lo dice, llevando

Ja

sonda de Ja prudencia en la mano,

·

p~ra

conocer el fondo de cada mio,

y

el

pe.so

de la discrecion, para

pesar· las

·palabr~s

que ha de d.eci1", porque no séan tan desabridas

· que ilo teágan .su punto

y

grano .de sal ; la razon es que corrijan,

y

ño irrite't1,. ni

afr~nten,

medidas con la caridad, estado

y

suerte

de

la

·persona que

s~desea

corregir, que no todas son igualmente sufridas,.

nj las 'culpas

lle

un mismo 'tamafío ·; esperando el tiempo,

y

la sa-