'J.74
TnAÚno
QUINTO
mayor pecador para ganarlo, avisándole una
y
muchas veces, has–
ta que se corrija, sino es que ya está rematado, y tienes poi· cierto,
• que ha de mofar <le tí , y enojarse contigo ,
y
procm·a1· tu daño,
poi·que entonces no le debes corregir , segun el consejo del Espíri–
tu Santo , que dice : Quien avisa al mofador, asimismo se hace
agravio,
y
quien
corri.geal ruin, desdora
y
mancha su honra. Por–
que estos tales son como polillas pe1judiciales, que
el
mejor paño,
á
la grana mas fina' al madero mas fuerte ' al libro mas espiri–
tual,
y
mas bien encuadernado muerden y taladran con sus agudos
dientes, de · suerte, que no le dejan <le provecho,
y
son de tal con–
dicion, que si tantico les tocais para irupe1.fü el daño que hacen,
revientan y
QS
llenan de podre, os manchan vuestro buen nom–
bre y os levantan lo que nunca pensásteis,
y
cuando esto no haya,
es cabar un muladar podrido, revolver una laguna hedionda, pro–
vocar la ira
y
rabia de un loco furioso ,
y
encender un pajar que
ab.rase la casa
y
vecirnlacl. ·No
encie~das
las brasas de los pecado–
res (dice el Espfritu Santo) conigiéndoles, que te abrasará su llama.
Para- apagar una candela, Lasta un soplo , mas no para apagar las
:íscuas, que con él se encienden mas
(1 ).
Cuando se emprende en
tu prójímó la llama del pecado·, sopla con la correccion, para que
se apague; mas si le ves encendido totalmente,
y
abrasado en el
·fuego de su pecado, no le soples, que se encenderá mas , déjalo
sino es tu súbdito; mas si lo es,
y
escandaliza, oLligado estás, so pe–
na de pecado mortal, de corregirle con rectitud , blandura, suavi–
dad
y
misericordia, primero imitando
á
Dios. en quien se halla una
dulce rectitud,
y
recta dulzura, para avisar
y
corregir á los que van
descaminados. Si no aprovechare, apriétate con rigor y eficacia ; y
salte, si saltare, como la prima en la vihuela, por templarla; pero
si es su culpa secreta,
y-
el edificativo en lo esterior,
y
temes que
se ha <le empeorar en lo i1tterior con el aviso, no dárselo será un
acto meritorio,
y
ele mucha caridad, mas si el temor es de que no
se entristezca,
ó
melaucolice,
ó
se encienda en alguna ca,lentura, no
por eso se debe
d~jar
la correccion , que en tal caso menos mal
(1)
Ecclcs.
8.
1111111.
f3.
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