DE LA
Ll~OSNA.
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es, que el cuerpo enforme, que no que muern el alma.
San
Pablo
nos ensr!'ía esta doctrina co11 su ejemplo, dicienJo
ü
los de Corinto,
que se holgó de haberlos afligido, corrigiéndoles, porque se enmen–
dasen
é
hiciesen penitencia de sus pecados. De lo dicho se infiere en
l111c11a teología, que para el hcrcge no hay correccion fraterna, por–
que no hay que esperar encomienda del que llega
á
faltar en la
fe,
y
á
estar su interior del todo perdido, y tan penetrado del fuego de
su perfidia , que el soplo del aviso le encenderá mas,
y
cundiní co–
mo cáncer. Y en esto no ha <le haber amigo para amigo, ni <leudo
para deudo por cercano que sea, antes luego al pu11to se debe
dt~nunciar, para que af1ui entre la conecciou punitiva y Je justicia, en
castigo <le su mal, y en beneficio de la república •
. La tercera circunstancia es que sea á but>n tiempo, y coyunta–
ra. Si alguno (tlice san Agustin) (1) dejare de corregirá su prójimo,
hasta hallar mejor ocasion , y mas oportuno tiempo , couscjo es Je
hombre cuerdo y caritativo. No hay médico tan <lcsate11Lado, qne
para dar una purga que ha <le remover los humores , no procure pri –
mero disponerlos con jarabes, porqne aplicando en tiempo, saua, y
fuera de él suele, corno el veneno, matar. No abre
el
cirnjano la pos–
tema, hasta que esté bien madma, ni se aplicat1 remedios, cuando
el enfermo está cou cale11L11ra;
110
se da de beher al calia llo cuando
está caluroso, 11i de comer al loro cuando est<í muy hravo, que es
querer po11er de repente un loco en coucierto, ó por falta tic cordu–
ra.,
ó
sobra de diligencia, porque como
el
caballo feroz, antes le
hace insoleute el acicate, que le domestica; así al
l10111bre
colérico,
el
avi so
y
co rreccion no le si rve de enntic11Ja, sino <le olJstinacio11,
y
es cierlo , que un corazon fogoso el e ira ,
ó
de otra pasion,
110
ad–
mite consejo, ni se vence con razo11 , ni valen con el avi so; antP:;
enanto mas le hablan, mas le encie111lr11, y c11a11t.o rnas le rrprc11-
d<•n, mas le hacen desesperar
(':2):
por eso Dios rsperú
á
nuestros
primeros padres, que se vi esen dcsrnH.lús , para corregirlos, y con
todo eso se escusaron; ¿qné hiciera1i si los corrigieran antes? ADa _
vid aguardó <1ue se le pasasen los ardores Je su co11c 11piscencia, y que
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