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Porfidio. Sosleninn que Jesucristo era un impos–
tor que habia sido ajusticiado ; sus milagros,
obras de múgia ; su resurreccion, una mentira,
y
Ja creencia de un Dios hecho hombre, un
monstruoso absurdo. Los cristianos, segun ellos,
no solo rran estúpidos ateos, sino tarnbien mal–
, ,ados : en sus convites ocultos
y
misteriosas
reuniones cometían crímenes honibles : asesi–
naban á un nifi.o, comian · su carne, bebían su
sangre
y
se entregaban á los mayores excesos.
Finalmente, aseguraban que el cristinnbmo era
un obstáculo para la prosperidad del Imperio ;
que en materia de reli gion era abominable toda
innovacion ; que los hombres sensatos debian
seguir la relígion estahlecidn en su patria, por–
que esa es la enseñada por Dios ; y que siendo
el cristianismo una religion enteramente nueva
<lebia ser proscrita y
s~s
sectarios exterminados.
Persecucion~s
por
los
e11nperad.o–
-:i ..
es -
Participando
los emperadores de las
opiniones de los sálJios y tambien para halagar
el pueblo, decretaron fre cuentes y sangrientas
parsecuciones contra los cristinnos. Aunque es–
tas fueron muchns, los historiaJores los han re–
ducido á diez que son las principales: la primera
por Neron, la segunda por Domi siano, la tercera
tJor Trajano, la cuarta por Marco-Aurelio, la
quinta por Severo, la sexta por Maximino, la
séptima por Decio, la octava por Valcriano, la
novena por Aureliano
y
la décima por Diocle–
ciano, que por haber sido la mas cruel es
lla–
mada era de los mártires.
P:i ..
ime.i
..a pers2cucion -
Nerori, cuyo