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hernia, expu esto
á
perecer de sed. En este con–
flicto los soldados cristinos dirijieron fervient es
súplicas
á
Dios ;
y
al momento cayó sobre ,...el
campamento romano un a llu via abund aule, con
lo que lo s sold ados ap agaron su sed ;
y
al mi s–
mo tiempo se desencadenó un a ter rible temp cs–
dacl arroj and o
~obre
los bárb aros un a lluvia
Je
piedra s qu e los destrozó
é
hi zo huir. A la vis–
ta de es te prodi gio, qu e dió la vic tori a
á
los ro–
mános , Ma rco-Aurelio hi zo cesar la persec uci on
y di ó a la leg ion cri stia na el nombre de legi on
fulmin ante.
Q u inta p e:rsecucion -
Séptimo Severo,
que
á
principios de su reinado se babia mos–
trado justo
y
humano con los cri stinnos, los
confundi ó con Jos judíos de qui enes con cihió
r ecelos ;
y
á
prin cipios del siglo terce ro
(~O~)
promul gó la qui11t a perse cu cion. Las victimas
mas ilustres fueron los márlir cs de Leon, entre
los que es muy célebre San Jreneo obi spo de
esta ciud ad, discípulo de Sa n Poli carpo;
y
en Cartago las dos
j ó v ~ 11es
Santa Felicitas
y
Santa Perpetua que fu eron un mod elo de cons–
tancia
y
heroísmo.
Sexta pe:r§ecu.cion -
A la muerte de
Séptimo Seve ro se suspemli ó In pers ecucion,
siendo tan tol erados los cri sti anos, qu e durante
el reinado de sus inmediatos sucesores princi–
piaron
á
reunirse en públi co, construyeron igle–
sias
é
hicieron libre
y
pacífi camente sus eleccio–
nes. El emperador Al ej :-rndro Severo los admitió
en su prívanza y aun se cree que tenia en su
¡n lacio la imágen de Cri sto. Pero el feroz Ma-