/
-
76 -
en tiempo del emperador Adriano, losjudios que
habian quedado en Palestina se sublevaron ;
y
á
las órdenes de Borcoquebas,
hijo de la estre–
lla,
que se anunció como el Mesias, recorrieron
el pais cometiendo las mayores crueldades : de–
gollaron como medio millon de hombre en Ci–
rene, Chipre y Egipto y hasta bebieron la san–
gre de sus víctimas. Bien pronto fué mandado
á
Palestina un ejército romano ; y despues de
varios combates, los judios fueron exterminados
en número de mas de medio millon ; los que
sobrevivieron fueron ven
didos y esparcidos por
toda la tierra. Una nueva
ciudi.ld, llamada Elia
Capitolina, se levantó en
el sitiode la antigua
Jerusalem ;
y
este nombre fué
tan olvidado,
que en tiempo de Dioc!eciaoo uu gobernador
de Palestina ignoraba el lugar donde babia exis–
tido tal ciudad. Así concluyó esta infeliz Nacion ;
sus hijos sin Patria) extranjeros en todas las na–
ciones,
y
esclavos en su propio pais, subsisten
y
subsistirán hasta el fin del mundo, siendo un
testimonio viviente, un milagro perpetuo que
comprueba la divinidad del Evangelio.
'