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CAPITULO VIII.
PERSECUCIONES.
Enemigos del cristianismo -
P ersecucion de los pu e])]os
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De los filósofos -
De los ieniperadores -
1.ª 2.ª
3ª
4.ª 5.ª G.ª 7 .ª 8.ª 9.ª
y
1O.ª persecucion -
Carác ter
de los suplicios.
Enen1igos del c.irstianis:ano -
Merced
á
los esfuerzos de los ap ós toles
y
de sus suce–
sores, el Evangelio se habia extendido pacífica–
mente
y
con asombrosa rapidez en casi todas
las provincias del imperio romano ; pero bien
pronto se cumplieron las palabras del Salvador;
y
los cristianos tuvieron que sufrir el desprecio,
la persecucion
y
el martirio ; porque el mundo
encenegaclo en los vicios no queria escuchar la
moral pura que el cristiani smo predicaba. Aun–
que todos los poderes de la tferra se declararon
enemigos de
la Iglesia, pueden considerarse
como sus principales perseguidores los pueblos,
los sábios ó filósofos
y
Hnalmente los emperado–
res.
Pe:rsecu.cion
d.e
lo§
1naeblos -
Desde
que el cl'Íslianismo principi ó
a
establecerse en
el Imperio romano se hizo muy sensible la se–
paracion entre el pueblo pngano
y
los prosélitos
del nuevo culto. Los gentiles, nacidos en el seno
del politeismo, habian asociado el recuerdo de
sus <livinades
á
todos los actós de la vida : los
dioses eran el objeto de su educacion ;
á
ellos