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estableció. Durnnle la persccucion del empera–
óut· Domiciano fué llevado á Honrn
y
echado en
una caldera de aceite hirviendo delante de la
puerta latina,
y
habiendo salido sin lesion algu–
na
fué
desterrado
á
las islas de Pá tmos donde
escribi ó su Apocalip:;is. Posteriormente puesto
en libertad volvió
á
Efeso,
y
á instancias de Jos
fieles escribió su Evangelio; continuó -recorrien–
do las diversas Iglesias de Asia
y
murió de una
avnnza edad, rodeado de los fieles
á
quienes siem–
pre decia :
«
Amaos unos
á
otros.
»
Santo To–
mas predicó entre los Partos
y
murió en la
In–
dia. Santiago el Menor, respetado aún por Jos
mismos judíos,
fué
el primer obispo de Jcrusa–
lem~
murió martirizado en un tumulto promovi–
do por los Sacerdotes
y
fariseos. La predicacion
y
muerte de San Felipe
y
San Bartolomé son
poco conocidas. San Mateo
fué
el primero que
escribió el Evangelio ; predicó en la Etiopía.
San Simon evangelizó en la Mesopotamia, Ara–
bia
é
Idumea
y
fué martirizado en Persia. San
Judas Tadeo predicó en la Mesopotamia
y
reci–
bi.ó el martirio en Persia ó Armenia ;
y
San .Ma–
teo llevó la fé
á
la Capadocia
y
al Caspio;
y
fué
martirizado en Colquida.
Poco se sabe de la predicacion
y
muerte de Jos
.setenta
y
dos discípulos.
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