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.,

,

,

DE LA

SANTISIMA VIRGEN.

33r

p!o, la cual fiesta se intitula:

Depositio

sancta! zona!

bea..

ta?

Vfr

ginis. Aix L

a-Chapela y la iglesia de Chartres s_e

juzgan

dichosas.en

poseer una pane de este'tesoro, como

parece

por la insc

ri-pcion en griego que se lee sobre· el

sitio ep ·que esté\ santa reliquia se conserva en Char'tres

en estos términos:

De la venerable correa de la Madre de

Dios.

- En

la vida de santa Mónica se lee que se la apare–

ció la santísima Vírgen vestida de negro, con una correa

del mismo color, de

ma~

.de una pulgada de ancho;

y

110

se duda que en atencion

esta misteriosa aparicion se

es ~

tableció la devota cofrádía, llamada de la Correa de la

Madre de Dios en todo el órden de san Agustin. lnstitu–

yóse el año

1446,

segun Baronio, en el pontificado de Eu–

genio IV. al principio, baxo el título

y

advocacion de la

Correa de la santísima Vírgen,

y

4espues baxo el de nues–

tra señora de la Consolácion.

: Cofradía baxo el título del santísimo Corazon

de :LYiaría.

Ftiera de un sin número de otras devotas congregacio–

nes , establecidas con la autoridad de la santa Sede, baxo

diversos

tít~los

tomados de las prerogativas de las virtu–

des

y

cualidades particulares de la Madre de Dios, todas

las cuales son -unos medios muy propios para avivar la

devocion .,

y

merecer

á

todos los que están sentados

en

éllas una especial yroteccion de la santísima Vírgen,

hay

8'ambien la cofradta del santísimo Corazon de María, es–

tabledda en Arlés, en At,

y

en otras

pa~tes

con autoridad

de la santa Sede, co1no parece

~e

una bula del papa

CJe–

mente IX. del

2?

de abril de

1668,

cuya fiesta

~e ~ele­

hra el dia 8 de febrero con· autoridad · del mismo' Papa.

:-:;1ertamente, despues del corazon de nuestr'o Señor Jesú-

.:; ·1s

o , centro

é

instrumento del extremado amor que nos

t iene,

i

qué corazon mas digno de nuestra veneracion

y

de nuestro culto , que el amable corazon de Máría, sieJTI–

pre abrasado en el mas puro amor de

Dios,

y

siempré'll~

no de ternura para con todos los

hombres~

A

Ja

verdad ,

si la veneracion que profesamos

á

los Santos

hace

que su