DE LA SANTiSIMA
V1RGEN.
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te de
estos
últimos tiempos;
~s
de todas las edades de la
lglesia: el espíritu primitivo de nuestra religion siempre es
el mismo; así tenemos el consuelo de ver en estos últimos
tiempos la misma confianza , la misma devocion , el mis–
mo zelo, el mismo fervor para con la Madre de Dios, que
se
veía en los primeros siglos de la Iglesia. De aquí aquel
sin número de templos
y
de altares consagrados á Dios
baxo el augusto nombre de la santísima Vírgen, y tantos
y
tan diversos exercicios de devocion establacidos en
la
Iglesia ·para fomentar
y
aumentar el zelo
y
la confianza
hácia la Madre de Dios. De aquí tantas familias religio–
sas baxo el augusto título de siervos
y
devotos particula–
res de esta madre de los escogidos. De aquí tantas devo–
tas hermandades baxo su proteccion
y
su nombre, auto–
rizadas por .tantos sumos pontífices.
\
De varias congregaciones.
De aguí
esas congregaciones, que se pueden
llamar
unas
-acadenuas de virtud
y
de santidad, de donde salen todos ·
los dias para el bien
y
la santificacion del mundo tantos
dignos prelados, tantos pastores
y
sacerdotes zelosos, tan–
tos santos -magistrados incapaces de cometer la menor in–
juria, tantos religiosos, tantos padres de familia tan irre–
prensibles ytan ·exemplares,quereconocen deber toda
su
fe–
licidad
á
la proteccion de la santísima Vírgen, baxo cu–
yos auspicios están especialmente en esas congregaciones:
en donde reyna la pureza de la fe, la solidez de la devo–
cion , el zelo
y
el fervor de 1a caridad cristiana : en donde
las gentes del mundo experimentan aumentarse en sus per–
sonas todas las semanas
el - ~spíritu
del ·cristianismo, gus–
tando cada dia mas de las máximas de Jesucristo;
y
en
donde la verdadera devocion se fortifica
y
arraiga con las
fervorosas exhortaciones que se oyen, con el frecuente uso
de los sacramentos, y con los buenos exemplos. Tales son
las congregaciones establecidas en varias casas religiosas
á
honra y ?axo la proteccion especial de la
1\1a~re
de Dios.
Los elog10s que de éllos hacen los sumos ponuficcs,
la
li–
beralidad con que no cesan de distribuir los tesoros de la
Iglesia
en favor de todos los que están sentados en
éllas,
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