338 / 404
VIDA
".i..
r
•'
La fiesta del santo nombre de María.
'
-.Lafiesta del santo nombre de María es tambien un
mo–
numento instructivo de su omnipotente proteccÍ<i>,.1],
y
de
la ternura con que mira esta Señora á todos los fieles. Se ha
visto al principio de esta historia cuán respetable ·es es·
te santo nombre,
y
cuán grande es su virtud ;
~ho:ra
se
va á ver el motivo que ha habido para instituir su fiesta
en la Iglesia universal.
1
~
1
,
El año 1683, fieros los turcos con las ventajas que ha–
bian conseguido sobre los
im
periales, formáron el designio
de llevar sus conquistas hasta el otro ládo del Danubio
y
del Rhin; y amenazando
á
toda la cristiandad, viniéron con
un exército de trescientos mil hombres
a
poner sitio
á
Vie–
na. Fue fan general la consternacion , que los pueblos, te:–
miendo caer en manos de los infieles, se salian de las ·ciu–
dades,
y
todo lo abandanoban. El .e_n1perador, .no tenien–
do bastantes tropas para resistir al exército otomano, se
vió. precisado á salir de Viena con las dos emperatrices,
los archiduques
y
archiduquesas,
y
tomar la
ruta.de1..intz,
mientras que el duque Cárl9s d·e Lorena, temiendo ser
arrollado, vino
á
retirarse baxo el cañon de la ciudad.
. El
dia
14
de agosto , vigilia de la Asuncion, abriéron
los turcos la trinchera por el lado de la puerta imperial,
y
se
alojáron en.. élla, sin embargo del fuego que hadan los
siti~dos.
Habiendo ocupado despues el Tabor, cercáron
-y
cerr áron la ciudad por todas partes, pusiéron fuego al
palacio de la .favorita, quemáron las casas de campo de
los grandes en el arrabal de Leopolstad,
y
llenáron de
genfa:aros todos los alrededores. Un inopinado accidente au–
mentó su valor, disminuyendo el de los sit'iados; se pren–
dió fuego en la iglesia •de los escoceses, el que co.nsumió
este soberbio edificio; y ganando el arsenal en· donde esta–
ba la pólvora·y las municiones de guerra, iba á abtir la
ciudad
á
los turcos, si por una proteccion la mas visible
.de la santísima Vírgen, el mismo clia de la Asuncion, no se
hubiera de.tenido .el fiµego milagrosamente de repente pa–
ra dar lugar
á
sac.arla pólvora .
y.
las municiones: Un fa–
vor
t3n visible de la Madre de Dios avivó el aliento me-
f
,,