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DE LA SANTISIMA VIRGEN.
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dres del concilio estq.ban oongregad0·s-;'
y
lo mismo fu e
publicarse la depisjon,
y
.sabef que (
á
María se la babia
inantenido en la justa posesion del augusto título de Ma–
d,re
de Dios , que resolila,r .toda
la
ciudad con aclamacio–
ne$
y
gritos
de~ ·g.<>..zo:
el gozo
y
la alegría fueren tan uni–
versales, que
al
.salir los padres para irse
á
sus casas, los
tlenó,el . pueblq
~le
bendiciones,
y
los llevó en triunfo has ...
ta sus
po~adas.
Todo
er~
quemar aromas é inciensos en las
calles por dor:ide debian pas·ar.; mil fuegos artificiales alum–
braban
y
hermoseaban el ayre;
y
puede decirse que nada
faltó
á
la pompa de este devoto
y
universal regoc ijo, ni á
la magnificencia de la gloriosa victoria que María babia
~onseguidode
sus enemigos
y
de los de su Hijo. Tanta ver–
dad es, exclama san Buenaventura ., que esta piadosa ter–
nura
y
este culto religioso hácia 1a Madre de Dios han sido
en todo tiempo comunes
á
todos lus verdaderos fieles. El
desgraciado fin del impío Nestorio hizo ver bien presto
lo que deben esperar todos los enemigos de , la santísima
Vírgen. Se cree que en el santo concilio de Efeso, presi–
dido por .san C.irilo en nombre· del papa san
C~lestino,
compusiéron el presidente
y
los <lemas padres esta her–
mosa deprecacion
á
la Madre de Dios, que la Iglesia ha
adoptado despues;
Sancta Maria, mater Dei, ora pro no–
bis peccatoribus,
nunc,
et in hora mortis nostrte. Amen.
San–
ta María, madre de
Dios.,
ruega por nosotros pecadores,
ahora
y
en la hora de nuestra muerte. Así sea.
§.XXXV.
'
.
Del zelo particular de
to.dos los
fieles
por la
inmaculada
' c_oncepc_i~n
de
la
Madre
de Dios.
·
si
los fieles han tenido tant-0' ardor ,
y
han .mostrado
tanto zelo en defender la divina maternidad de la santísi–
ma Vírgen, no han manifestado menGs devocion
y
fervor
en honrar su inmaculada concepcion, privilegio que la
es todavía mas
apreci~ble
que la misma maternidad di –
vina; pues estando resuelta
á
preferir su.virginidad á
es–
ta sublime
d igni~ad;
i
cuánto mas . hubiera preferido. la