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VIDA DE

CRISTO

esqueleto. Judgad

cuál sería

este nuevo tormento. Volivié–

ronle á poner sus vestiduras,

y

cargando sobre sus hom–

bros el pesado madero de la cruz, le sacáron fuera de la

ciudad,

y

le lleváron

á

crucificar sobre el monte Calva–

rio, ó monte de

la Cala

vera, algunos pasos fuera

de '

los muros de Jerusalen, donde se acostumbraba executar

lq.

pena de muerte en los reos, porque los

judío~

no

per–

mitian que se quitase la vida á nadie dentro-de poblado.

Se cree que el Calvario es el que

antiguament~

·se llamó

el

monte Moría, adonde Abrahan llevó

á

inmolar

á

su hijo Isaac, figura de Jesucristo, inmolándose á su

Pa–

dre en el

Cal

vario, el que en hebreo se llama Gólgo–

ta, qµe significa cráneo, por encontrarse

en

él

muchos

cráneos

ó

cala

veras

de

los cadáveres

de

los

ajusticiadoS{.

§.

LVIII.

l7'a Jesus

al Calvario

con

la

cruz ..

á

cuestas.

Jamás se vió espectáculo tan inaudito

y

tan espantoso.

Aquel hombre tan extraordinario que babia tres años col–

m a ba á todo el pais de beñeficios, y llenaba toda la tie–

rra de resplandor y del prodigioso número .de sus maravi–

llas: aquel hombre divino, cuya vida era él modelo mas

perfecto de la mas sublime santidad, cuya doctrina era

toda divina: aquel hombre tan poderoso en obras

y

en

palabras que expelia los demonios, curaba los enfer–

mos mas desbaucíados, resucitaba los muertos medio po–

dridos.,

y

hacia

todas~ estas

maravillas por su propia vir–

tud

y

en .su propio nombre; este hombre expuesto en

est.e dia á los ojos de un pueblo nume'.oso,

á

quien ha–

bi.i milagresamente saciado en el desierto con solos cin–

co panes : este Hombre-Dios

á

los ojos de ·un pueblo,

en el que babia pocos que no le debiesen la vida

ó

la

sa–

lud,

y

quizá ninguno, que á lo menos no hubiera sido

testigo de sus milagros; aquel Mesías por tanto

tiem.po

esperado,

y

tan ardientemente deseado; el hijo único de

Dios omnipoterite , Dios como su Pad re, igual en todo

á

su Padre, atado como un lad ron , arrastrado por las ca–

lles de Jerusalen como un facineroso, acusado como el

mas

c~1~pable

de todos los delincuentes, declarado jurídi-