. \T;IDA DE CRISTO
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§.LX.
Espira Jesucristo en la cruz.
M·agdal~na ~~aba -~ºº
demasiado ardor al
Sal,yador
pa~
ra ser tan tímida
y
tan cobarde como los otros discípulos:
encontróse en el Calvario, y no se movió del pie de la cruz:
sin temer las burlas, y menosprecio que hacian de élla los
soldados. Era mediodia cu"ando Jesus fue enclavado en la
cruz; y estando el cielo sereno, sin que se viesen en él
nLnu~
bes ni nieblas, toda la tierra se cubrió rnilagrosamente de
espesas tinieblas que duf·áron desde el mediodía hasta las
tres de la tarde, que fue la Hora en que Jesus espiró:
eclip~
sóse el sol; y aunque la luna estaba en .su lleno, el eclipse
fue total ,por espacio de tres horas despues de_ mediodía;
tiempo que los judíos llamaban hora de nona, así como lla··
maban sexta al mediodía. Queriendo Jesus cum·plir todas
las profecías, dixo:
Ten-go sedt
aunque sabía muy bien
1
que
no le darían á beber sino vinagre, segun lo que estaba
es·
c;rito de él en el salmo 68. :
Et in siti
mea
potave,runt me
ace¡o·
(:Psalrn ,,
68 )-: mis enemigos '.pa ra apagar mi sed
me.
o'(reci:ero rl¡
vi,nag~e.
En .cfec[o,
naO!tnc:lo empapkcio_ l©s·sol...
dádos una esponja en un vaso de vmagre, la
pustén):n_ alre~
dedor de una rama de hisopo, y se
la
arrimáron á la iboca.
Lu{}.go
que Jesus P.robó el vinagre, di:xo: AcabCJ,d0 es, to ..
do<
está
CLÜilplido. Quer,ieqd:@ tambien hac.ernOS ·COmp:ven–
der cuánto lé costapa
.puestra · s~lyac;ipn,
y
á
qué precio nos.
redimia; exclamó en
h~breo
ó ·en siriacb.(
Matth:27.):
Elt.,.
Eli,
!amma
sabactf¡,ani?
lo-q_ue significa: Dios .mio r; Dios
mio, ¿por qué me has desamparado? Esta quej-a no era efec·
to de desconfianza, ni de pesar ó tedio que tuviese, :sino so–
lo testificar ainorosa!Tlente el dolor que padecia; como si
hubiera querido decír :.- D.ios mio,
tú
quieres que yo padez–
ca hasta el útimo
susp~ro
todo el rigor de tu .ira contra los
pecadores, de cuyas iniquidades quise cargarme para sa–
tisfacer plenamente
á
vuestra justicia;
y
quieres al mismo
tiempo que te dé esta satisfaccion dolorosa, sin el menor
alivio ni consuelo; cúmplase tu voluntad.
-
Algunos soldados, no entendiendo el hebreo, creyéron