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SENOR NUESTRO.
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habiendo sucedido todo como se les babia predicho, le
traxéron la jumenta
y
el pollino;
y
habiendo puesto
sus
mantos encima,
á
maaera de una gualdrapa, montó Jesus
.. en ella.
'
§.XLVI.
La entrada de Jesucristo en Jerusalen.
Muchos intérpretes son de parecer .que Jesus montó al
principio en la jumenta por no fatigar al pollino, el que
siendo todavía jóven, con dificultad le hubiera podido
llevar todo el camino;
y
que el
Salvador baxó de la ju–
menta,
y
montó en el pollino
cuan.doestuvo ya cerca
de la ciudad. En efecto, el Pro
feta-dice(
Zach.
9.):
He
aquí á tu
rey ~
que viene á ti; este rey justo es el Salva–
dor: es pobre, está nwntado
en
una
jumenta~
y
en
el
pollino
de
la
jumenta.
Todo es misterioso en la pasion de Jesucris–
to: todo, hasta las menores . circunstancias, lleva impreso
un carácter de verdad y de evidencia; y todo demüestra
que el Señor es el Mesías, y que
es
Dios.
·
Toda la gente que habia ido
á
Jeru.salen
á
asistir á la
fiesta,
y
hahia·sabido la milagrosa resurreccion de Lázaro
de boca de aquellos mismos que habian sido testigos del
milagro, habiendo sabido que Jesus se encami f1aba
á
Je–
tusalen, cogiéron ramos de árboles
y
de palmas , y fué–
ron
á
encontrarse con él, y
á
compañarle: luego que
llegáron aáonde estaba Jesus ,. se pusiéron delante de él,
y
empezaron
á
éarriinar,
di~ieildo
todos
á
voces :
Hosanna
filio
David;·
que quiere _decir:
G~aria
al hijo de David:
· viva el
Rey
de Israel ·=bendito sea·el que viene en
'el
·nom–
bre del Señor. ·Era tan grande el gozo y la veneracibn-de
~fquel
innumerable pueblo, que los únos tendian sus man–
tos
y
sus gabanes á lo largo del camino,
y
los ótros· c0r–
taban ramas de los árboles,
y
las echaban por donde pa•
saba Jesus. Estando ya cerca de la ciudad, los discípu–
los, ' asaltados de un transporte de
go~o
á
vista de la glo–
ria que recibia s Maestro, juntáron sus cántico& de ale–
gría con los del pueblo, y se pusiéron
á
alabar á Dios
por todas las maravillas que·habian visto, diciendo·
á
vo--