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(.
IIÓ
VIDA DE CRISTO
una
misma virtud.
No
podia el
Salyad.orhacer
una
decla-
1racion mas expresa ni mas ·clara: de su divinidad;
3SÍ
lo
-comprendié ró'rl tambien los judíos , y creyéron no poder
d ar
otro-sentido á estas palabras; y esto' fue lo que los
1no–
vió á quererle apedrear. Entonces les dixo Jesus: He hecho
á
vuestros ojos rnuchas buenas obras
y
muchos prodigios
,por la vi.-rtud de n1i Padre:
i
por cuál de estas obras
y
de
estos prodigios me queréis ap·edrear ?'No te queremos
ape-
.drear por ninguna bÚena obra:, respondió aquella gavilla
de escTibas
y
fariseos, sino porque siendo hombre, quieres
que te tengan por Dios.
,.
El
Salvador no piensa en retratar
ó
modificar la propo–
.sicion que acaba de pi:oferir; antes bien la confirma con un
.razonamiefito que tio tiene réplica, y que confunde la ma–
lignidad del coTazon 'y del espíritu de aquellos malignos
censores. Los profetas, les dice, son llamados dioses en la
Escritura, por habe'rse dirigido
á
éllos,
y
habérseles con-
. fiado la palabra de Dios: icon cuánta mas razon, pués, el
Verbo
de
Dios será tambien Dios
~
Todq, lo que hago de–
muestra con evidencia·quéhe sido santificado; esto es,
en–
gendrado desde la eternidad por mi Padre, y enviado po·r
·él
en tiempo al mundo para ser el Mesías :
r
vosotros te-
neis osadía para de_cir que blasfemo porqu_e·he dicho que soy
el
l'lijo
de
Dios (Joan.
-10.).
Si
nobago obrasde Hijode Dios,
·de un
hombre Dios, de Mesías, no me creais,
y
decid que
soy
dn impostor y que blasfemo; pero si las hago,
y
noque–
.reis· creerme, creed
á
mis obras, para que conozcais que el
Padre está en
mí,
y yo en él: que miPadre y yo -sornos
una
~n1ism·a
·cosa.
.
Influye
much~
el corazon sobre nuestros pensam-ientos
y
nuestros juicios para que dexe ver la verdad
á
aquellos
fr .quiÍé'l'l
1
€s
ciega
l~iipasion.
·Los escribas
y
fa•riseos, con.ft1ndi–
dos ' por el Salvador.,
no
1
eran
p
1
or
eso. ménos ··incredul0s,
y
stvódio Q'Ontra- Jesucristo
1
crecia juntamente con su indoci–
lidad: h;úbieran querido prenderle, pero temian algun tu–
multo popular;
y ·
Jesus,
que
no queria anticipar
su
hora., se
retiró
y
los dexó. Sin e1nbargo,. la malicia de los fariseos
11°'
pudo estarb'ar' el\.que
·ril-ucnos
de los
<tUe
le habian oido
creyesen·
en
é1,
y
le
~iniesen
á
buscar al otro lado del Jor–
dan ·do.r:ide
se
babia retirad·o,
y
sé'
declarasen por sus dis–
cípulos.
Juan,
decian éstos, no
hizo
1nilagros,
y
Jesus ha-