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VIDA DE CRISTO ,
la
mansedumbre
debia
ser compañera inseparable del
zelo.. ·
§.
XXXIV..
Enséña
Jesucristo
á
sus discípulos por medí()
de muchas parábolas ..
Jesucristo
no
cesaba de instruirá sus discípulos .en secre–
lO,
y al pueblo en público, explicándoles
de
un modo aco–
mod'ido
y
familiar los misterios de la religion,
y
los prin–
cipales puntos de su moral, ya por medio
deexposi~iones
simples y naturales de sus grandes verdades,
ya
por com–
paraciones familiares
1y
proporcionadas á la capacidad
de
cada úno;
y
lo mas comun era por . medio de las pará–
bola!< . Queriendo, pues, darles á entender que es necesa–
rioestat siempre prevenidos contra las sorpresas de la muer–
te, que es necesario velar siempre, estar siempre alertá; en -
fin, que es necesario estar siempre prontos á irá presentar-
se delante de Dios, porque la hora de la muerte es incier–
ta; les propuso la parábola del criado vigilante que está
siempre pronto á abrir la puerta á su amo á cualquiera
hora que venga, la del padre de familias que está siempre
alerta contra los artificios
y
sorpresas de los ladrones,
y
_de las diez vírgenes, de las que las cinco , demasiado des–
cuidadas en hacer la provision de aceyte para sus lámpa·
ras ántes de la llegada del esposo, son ·arrojadas por
no haber sido mas diligentes, miéntras que las otras cin–
co
mas prudentes, habiendo hecho con tiempo su provi–
sion, se encuentran en estado de recibir al esposo
á
cuál-
quiera hora que venga.
·
Queriendo el Señor hacerles conocer como una vida
pobre~
humilde
y
laboriosa es preferible
á
una vida deli–
ciosa, regalona
y
llena de prosperidades, les propuso
el -
exemplo de Lázaro
y
del rico gloton. Queriendo asímis–
mo confundirá los que presumen tanto de sí mismos,co–
mo si fueran unos santos, les representa dos hombres que
suben á un mismo tiernpo al tempto á orar, el úno fariseo,
y
el ótro publicano: aquél estándose en pie con arrogan–
cia, en lugar de suplica r
á
Dios
humildemente, le hace
ostentacion
de
sus pretendidas buenas obras,
hace alarde de