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SEÑOR

NUESTRO~

99

á

su divino Maestro, quedáron deslumbrados. Pedro en–

tonces, transportado de gozo, y como fuera de sí, excla–

mó: ¡Ah Señor, qué bueno es para nosotros estar aquí!

Hagamos aquí tres tiendas, una para

\'.OS,

ótra para Moy–

ses, y ótra para Elías.

~stando

todavía hablando , una

nube luminosa los envolvió, y de repente salió de la nube

una voz que decia:

Este es mi hijo querido en quien tenga

todas mis complacencias; oidle

(

Luc.

9. ). A estas palabras,

sobrecogidos ·los discípulos de un santo terror, se postrá–

ron con el rostro hácia la tierra; pero á poco tiempo ,

ha~

biéndose disipado todo aquel resplandor, y habiendo des–

aparecido Moyses y Elías, se acercó

á

éllos Jesus, les

alentó, y les dixó: Levantáos. Entonces l.evantando éllos

los ojos, no viéron á nadie sino

á

Jesus, el cual

les

prohi–

bió el que dixesen lo que habian visto hasta despues de

s~

resurreccion : tanto cuidado tenia el Señor de alejqr

y

pre–

venir todo lo que hubiera podido retar.dar

su

pasion ,

ó

servirle de obstáculo para padecer.

Transfiguróse el Salvador, dicen los PP. ; .-primero,

para cumplir la promesa que babia hecho á sus discípu–

l os de hacerles ver un bosquexo del resplandor de su gloria

y

de su magestad, y para afirmarles en la creencia en

que estaban de que era el Mesías. Segundo, para fortale–

cerles contra el escándalo de su pasion

y

de su muerte.

Como Moyses representa la ley y Elías

á

los profetas, qui–

so el Hijo de Dios que estos dos persona9es pareciesen en

su· transfiguracion para mostrar

á

sus apostoles que la ley

y

los profetas le daban testirnonio.., y se terminaban en su

persona.

Miéntras que el

Sa~va~or estab~

en la cima del plOnte,

muchas gentes se habian JUntado en el llano, en donde

le estaban esperando. Lo mismo fue dexarse ver, que

p.os

·

trarse

á

sus pies un .hombre -, y suplicarle le sanase

un

hijo

único , que estaba lunático, ó epiléptico, y poseído de

un

demonio furioso que era sordo

y

mudo; le he presen–

tado

á

tus discípulos, añadió, y no le han podido curar.

Echó Jesus en cara

á

sus discípulos su poca fe, y pidió al

que deseaba el milagro que tuviese mucha fe, y

despu~s

le dixo: Si puedes creer, todo es .posible al que cree. El

padre del niñ<_>_ exclamó al punto

~on

las. lágrimas en

l~s

ojos:

Creo~,

Senor.. , aumenta

y

fort~e~

Il1J

poca

fe.

Al

01r