![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0014.jpg)
ú
DOMINGO TERCERO
tianos/perseguidos,
á
quienes se dirigia esta carta, podian
tal vez imaginarse que no sucedia lo mi mo con las demas
iglesi1s, y que quizá gG-earian de la. paz_ de que éllos se
veían privados; lo gue sin duda hubiera aumentado su
consuelo. El Apóstol
~es
de•iimpresiona de esta falsa ima–
ginacion,
y
les en
ña
qu~
la
per ~ecucion
que les levantan
el mundo
y
el demonio , es comun
á
todos los fieles es–
parcid,os sobre la tierra.
Scientes eamdem passionem ei,
qua? rrmnrj.o est, vestrce; ,fraternita t i fieri:
Sabed que las
mismas cosas tienen que sufrir vu.estros hermanos que
están esparcidos por el mundo.
Pero
no os desanimcis co–
mo si esruviérais solos en el combate. Jesucristo está
á
vuestra cabeza;
y
todos vue ·rros hermanos en donde quie·
ra que estén co.r;nbaten con vosotros ,
y
tienen Jos mis–
mos enemig0s que vencer.
i
Sería r.azon, e_staríais conten–
tos en la inaccion ,. mientras que toda la Iglesia
~e
Jesu–
cristo está peleando con el enemigo , con todas las po–
testades de las tinieblas? El cristianismo no quiere almas
floxas
y
cobardes. Toda la vida del hombre sobre la tierra
es, segun Job, una guerra ·c.ontínua. No puede haber paz
ni treguas con unos enemigos que con nada menos se
contentan que con vuestra alma. Vivimos entre riesgos;
has.tala muerte estarémos en pais enemigo; es pre_ci o es–
tar continuamente con las armas en la mano para pelear
y
defendernos; el cielo no
es
sino la recompensa de los
victqriosos. La carne , las pasiones , las tentaciones que
nacen en nuestro propio terreno, son ene1nigos tanto mas
peligro os , cuanto son unos enemigos domésticos, que
alimentamos y mantenemos posotros mismos. Nuestro
p ropio corazon nos hace traicion, nuestros sentidos están
de inteligencia con nuestras pasiones, tenemos que pelear
contra nosptros mismos (
2.
Tim.
3.);
y
es cierto que to·
dos los que quieren
vivir
devotamente
,
segun Jesucri.fto,
padecerán persecucion.
Pero Dios, autor de toda gracia,
que nos llamó en Jesucristo
á
su eterna gloria, nos hará
perfectos, firmes é incontrastables, de pues que hubiére·
mos padecido algun ·tanto:
Deus autem omnis gratice,
l)Ui
vocavit nos in cetefflam suam gloriam
fo
Christo
Je–
su,
modicum passos ipse perficiet
,
confirmabit, solidabit–
que.
Llama el Apóstol
á
Dios autor de toda gracia; es
decir, de todo don perfecto , de todas las gracias que ha