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ro

DOMINGO TERCERO

parece?

i

os parece que pudo dexar de alegrarse así un

pastor que ama á su rebaño

?

El mercenario, como hom-

. bre asalarido, gusta demasiado de la quietud,

y

ama muy

poco

á

sus ovejas para que

~orra

tras las ·que se descarrían;

solo el espíritu de Jesucristo , sola la caridad cristiana

inspira un verdadero zelo ,

y

hace se sienta este dulce go–

zo en la vuelta del pecador.·

Dico vobis

,

continúa el Salvador ,

quod ita gaudium

erit in cado super uno peccatore prenitentiam agente,

qua111

super nonagintanovem justis, qui non indigent pamitentia:

Os digo que la conversion de un pecador es un motivo de

gozo pa-ra toda_la .corte celestial;

y

tanto, que la perse–

verancia dt! '

i~oventa

y

nueve justos en la inocencia , por

mas agradable que sea, no da tanto gusto, digámoslo así,

á

todo

el

delo corno la conversion sincera de un pecador.

La vuelta de 1:1n alma á Dios es un motivo de fiesta á

todos los espíritus celestiales ; pues como conocen lo que

vale

y

lo que ha costado , no pueden verla perderse sin

que lo sientan

y

'giman. Si pensáramos

qu~

el ?-lma del

hombre mas vil ha-sido redimida con el precio de la san–

gre de Jesucristo,

i

podríamos verla perecer sin enterne–

cernos? zSe puede conocerá Jesucristo, creer en Jesucristo,

y

ver sin dolor el indigno abuso que se hace de su sangre?

Por esta expresion:

Qui non indigent pcenitentia,

que no

tienen necesidad de penitencia, se debe entender, que no

están en pecado mortal, y que no tienen necesidad de mu–

daí

entexamente de costumbres

y

de voluntad para volver

á la amistad y gracia de Dios, pues siendo justos, no la

han perdido. No quiere decir esto que los justos estén exen–

tos de toda penitencia, pues las almas mas santas no están

exentas jam·ás de .todo pecado;

y

así deben pedir al Señor

todos los dias les perdone sus deudas.

Ninguna cosa mas propia para justificar la conducta

de Jesucristo para con los pecadores,

y

para condenar

las injustas murmuraciones de los fariséos, que una com–

paracion tan condu yente. Sin embargo, el Salvador .se va–

le de ótra que ao podia dexar de hacer impresion hasta en

los espíritus mas groseros.

:

Quce mulier habens drachrnas decem; si perdiderit

d1·ach1uam unam, nonne accendit lucernam

,

et everrit do–

mum

,

et quterit diligentir donet inveni

1

at

~

Cuando de diez

;