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DOMINGO TERCERO
vador darle al pecador motivos de confianza en su mi–
sericordia menos equívocos,
y
que le alencasen mas?
i
Y
qué pecador, si no ha perdido de todo punto la razon
y
la religion , puede desesperar del perdon por mas enor–
mes que sean sus delitos? Aquí nos asegura el Salvador,
dice san Gregorio ,
que habrá un gran gozo por un solo pe–
cador que haga penitem:ia
;
Y'
en Olra parte dice el Señor
por su Profeta:
que desde el dia que
el
justo hubiere peca–
do-; no se acordará
mas
de su justicia
;
esto es , de su vir–
tud
y
de sus buenas obras. Concibamos
y
reflexiónemos,
hermanos mios, añade el santo Doctor, la admirable con–
ducta
d~
la divina bondad. Para contener
á
los que no
han caído, amenaza que los castigará si llegan
á
caer;
y
para obligará los que han caido á que hagan cuanto pue–
dan por levantarse, les promete, si lo hacen , su divina
misericordia. Espanta
á
los primeros para que su virtud
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les inspire la presuncion;
y
halaga á los segundos para
que sus delitos no les arrastren á la desesperacion. Si eres
justo, piensa en la ira de Dios. para no caer; si eres pe–
cador , confia en Dios para levantarte.
La dracma era una moneda que pesaba una drac–
ma,
y
que valia unos diez sueldos de la moneda de Fran–
cia;
y
de España como diez cuartos. Esta suma, aunque
pequeña en sí misma, es de alguna consideracion para
una persona, cuyo caudal se reduce todo
á
estas diez
monedas.
La oracion de la misa de este dia es la siguiente.
Protector in te sperantiam, Deur,
O
Dios, protector <le los que es–
sine quo nihil
est validum,
nihil
peran en tí , y sin el cual no hay
sanctum
:
multiplica
super nos
cosa estable ni santa ; multiplica
misericordiam tuam
;
ut te f'ec-
sobre nosotros los efectos de tu
tore, te duce
,
sic transeamur
misericordia , para que siendo tú
per bona Jemporalia
,
ut non
nuestro conductor y nuestra guia,
amittamus ieterna
:
Per Domi-
pasemos de tal suerte por los bie-.
num nostrum...
nes temporales , que no perda-
mos los eternos : Por nuestro Se..
ñor...