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DESPUES

DE PENTECOSTES.

11

monedas se pierde úna, se consuela el que la pierde con

las nueve que le quedan;

á

este modo parece que se podía

dexar perder un alma cuando

se

salvan todavía noventa

y

nueve.

Srn

embargo, no ha

y

quien no piense

y

diga todo

lo contrario : renga una muger diez dracmas,

si

llega

á

perder una sola,

i

se

consuela por ventura tan facilmente?

no por cierto. Enciende al instante una

luz

para

buscar–

}.a,

barre

ha,c;ta los rincones mas retirados de

la

casa,

y

lo revuelve

to.do

hasta que la encuentra. Las nueve que la

quedan- no

la

hacen tanto gozo como pesar la causa la

pérdida de una sola.

Así

se ve

que lo

mismo es

hallarla~

que no cabe de gozo. Habla de su hallazgo

á

todas sus

amigas

y

vecinas: las c,uenta la pena que tenia',

la

inquie–

tud en que estaba ,

y

el cuidado

y

<;lfan

con que

la

ha

buscado;

i

pero

qué gozo luego que la ha encontrado? Las

convida

á

que la

den el parabien ,

y

á.

que se alegren con

élla :

Congratulamini mihi, quia

<

invenit drachmarn quam

perdideram.

i

Podía Jesucristo, dice un sabio

y

piadoso

intérprete , podia significarnos con figuras mas sensibles

y

mas expresi vas la ansia

y

la

impaciencia que tiene de

volver á

al

pecador, los pasos que da para ello,.y el go–

zo que siente cuando su gracia ha triunfado de su resis–

tencia? No sé, Dios mio, qué es mas incomprensible,

si vuestra bondad para con los hombres , ó

la

insensibi–

lidad de los hombres para

con

vos. Vos de ningun modo

necesitais de mí ,

y

vos me buscais infatigablemente , aun

_cuando

yo

os estoy menospreciando

y

soy vuestro ene–

migo

declarado. Todo mi bien

y

toda

mi felicidad

de–

pende de

ser

vuestro;

y

sin embargo, aun cuando vos.

me

prevenis,_ me buscais

y

me .solicitais

de la

manera

mas

viva, mas dtike

y

mas amable

á

qué vuelva á vuestra

amistad , aun en este ·caso no puedo resol verme

á

ello, me·

retiro

y

huyo

de

VOS.

¿·Qué

ventaJa encontrais

VOS,

j

oh

Dios

mio! en la

conversion

de

un

pecador. para-que os sea

asunto de tanto gozo?

i

Cómo podeis ser tan sensible. al

a.,mor de una vil .criatura para que haga is os den el

para~

bien

por

su

converion los ángeles y los <lemas bienaven–

turados?

Ita dico vobis ¡zaudium erit cc.ram angelis Dei

super uno peccatore pcenitentiam age11te

: á

este modo os

digo, añade el Salvador, que se alegrarán los ángeles de

Dios

de la conversion de un solo pecador.

i

Pod1a

d

Sal-