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4

.

DOMINGO TERCERO

y

ensalzados al tiempo de la visita, es decir , en el día

decisivo de nuestra sueFte eterna, en aquel dia , en que

por mas virtud que hayamos podido tener, todavía nos

hallarémos cargados de deudas. Sola la humildad puede

aplacar á nuestro soberano juez; élla es quien le desarma.

Un corazon generoso, un corazon noble facilmente per–

dona

á

un delincuente que ve

á

sus pies.

Omnem solicitudinem vestram projicientes in eum.

Te–

neis un Dios , que es tambien vuestro padre; ponéos en

sus manos,

y

descargáos de todo lo que os puede in–

quieta r. Dios tuvo cuidado de vosotros antes que existié–

seis , dice

s~q

Agustin :

i

cómo , pues , podrá olvidaros

despues que os ha

criado~

Dominus qui habuit curam tuam

antequam esses

;

quomodo non habebit curam, cum jam hoc

es , quod voluit ut esses?

Procurad servirá Dios con

fi–

delidad ,

y

no os inquieteis por lo que ha de venir.

¡Cuántas inquietudes nos ahorraríamos, cuántos temores

y

disgustos, si tuviéramos una verdadera confiaoza en

Dios , si contáramos seguramente tobre su pro·videncia

!

Quiere Dios que busquemos lo necesario para nuestro

sustento , no condena una prudente providencia. Las vír–

genes necias fu eron expelidas por no haber tenido cuidado

de- hacer con tiempo provision de aceyte. Es menester

obrar , dice un gran santo , como si el suceso dependiera

solamente de nuestra industria; y al mi mo tiempo es me–

nester contar sobre la providencia divina , como si de

nada sirviesen nuestros cuidados y nuestra industria. Sir–

vames

á

Dios con fervor, no nos inquietemos por na–

da de cuanto puede su cedemos; porque el Señor tiene

cuidado de nosotros:

.Quoniam ipsi cura est. de vobis.

Todo lo ve Dios, así lo futuro como lo presente;

Dios

es

todopoderoso,

y

nos ama; teniendo, pues, cuidado, de

nosotros , como sabemos que le tiene, no tenemos que te–

mer otra cosa sino nuestra desconfianza; ésta es la que

detiene por lo cornun el curso de los beneficios

y

gracias

de Dios sobre nosotros.

Sobrii estote et vigilate

:

Sed sobrios , mode tos

y

templados; pero aunque tengais todas esta's virtudes, no

dexeis de estar velando á toda hora. No conteis ni so–

bre vuestra devocion, ni sobre la seguridad del estado que

habeis abrazado, ni sobre los socorros que teneis, ni so-