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DOMINGO
ENTRE NAVIDAD
ley, como lo eran los judíos, sino hijos por adopcion;
y
si
son hijos, consiguientemente son herederos por la gracia
de Dios. ¡Qué delirio, pues, rénunciar de esta libertad pa·
ra sujetarse de nuevo
á
la servidumbre! De
e
te modo de–
muestra san Pablo
á
los judíos la inutilidad de las ceremo–
nias legales en el estado de la ley de gracia que nos hace
li–
bres. De todo este raciocinio tan aju tado del Apóstol seco·
noce claramente por qué
la
moral y el dogma de
la
anti gua
·ley no se levantaban obre lo sentido ;
y
por qué la ver–
dades
grandes
y
su . lime d@
la
religion rl o les fuel' on en e–
ñadas
ino ~ muy
imperf'eéramente
y
en figura. Todos éllos
eran como
.n iño.~ ,
terren s,
de
un espírlíll limitado, total–
mente materiales é .iti.capaces
de
esto oonocimiemo · espi–
rituales.
Anima/is hoíno
1
onperi:ipit ea,
cjtue
siwt spiritus
Deir(
r.
G.'or:
1
2.). rEJl
h'
mbre
a~i im
l·tlo
onoce lo que es
del·espíri tu
de
Dios, por.que sro es
Pª"ª
él:'
una necedad ;
y
no lo puede o:otinprel'lde<t' pdrq (1e deb'€!e.xamiclarlo , piri–
tuq.lmente ·:
Stult itia
'enim
est' Wi; 'et non pbtest intellige–
re
'e
quia spiritualiter examinatur.
Solo el espíritu de Dios·
pot-a darnos esta capacidad
y
esra·inteligencia;
y
este es–
pÍfillu
·debra ar don de :un
~ombre.
t>
i.os.\Esre·
es
el Vetbo
hechC> carne, el cual
es
la ve éiadera l .z, que alumbra
á
·todo el hombre que viene al mundo:
Lúx vera , qttte illu–
mlnat omñem homhiem ventente1n in
hu110
mtt.ndum (Joan.
r.).
Solo los hijos v<trdad.eros
1
de Dios, saligos de ·la . tutela
y
puestos en
lib~rtad,
,son capaces de creer todas estas subli–
'IDes 've~ctrrdes
·<tle 'la JreiH?:i0n; el misterio de' la Trinidad. la
enea rnacion del Verbo Ja muerte del Redentor, su Resu–
-rreccion
gloriosa~
su
r~
y.notodo espiritual , la e timacion
y
aprecio de la castidad, el precepto de perdonar las in–
jurias
y
de mortificar los sentidos, el consejo d la pobre–
za voluntaria; en
fin,
todas las imponantes verdade de la
r.eligion cristiana, ·que son un escándalo para el judío
y
una necedad para el gentil no convertido; pero que son
la fuerza
y
la sabiduría de Dios para los judíos
y
gen tiles
que son llamados:
Judceis quidern scandalum, gentibus au·
tem stultit iam
:
ipsis autem vocatis judceis atque grcecis,
Christum Dei virttttern, et Dei sapientiam
(
r.
Corint.
r.).
Esta cieneia sobrenatura l , descoPJocida hasta entonce ,
debia ser lá herencia de los cristianos
y
el fruto del naci–
miento del
Salvador.delos hombres.