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(_

70

DOMINGO

ENTRE NAVIDAD

ley, como lo eran los judíos, sino hijos por adopcion;

y

si

son hijos, consiguientemente son herederos por la gracia

de Dios. ¡Qué delirio, pues, rénunciar de esta libertad pa·

ra sujetarse de nuevo

á

la servidumbre! De

e

te modo de–

muestra san Pablo

á

los judíos la inutilidad de las ceremo–

nias legales en el estado de la ley de gracia que nos hace

li–

bres. De todo este raciocinio tan aju tado del Apóstol seco·

noce claramente por qué

la

moral y el dogma de

la

anti gua

·ley no se levantaban obre lo sentido ;

y

por qué la ver–

dades

grandes

y

su . lime d@

la

religion rl o les fuel' on en e–

ñadas

ino ~ muy

imperf'eéramente

y

en figura. Todos éllos

eran como

.n iño.~ ,

terren s,

de

un espírlíll limitado, total–

mente materiales é .iti.capaces

de

esto oonocimiemo · espi–

rituales.

Anima/is hoíno

1

onperi:ipit ea,

cjtue

siwt spiritus

Deir(

r.

G.'or:

1

2.). rEJl

h'

mbre

a~i im

l·tlo

onoce lo que es

del·espíri tu

de

Dios, por.que sro es

Pª"ª

él:'

una necedad ;

y

no lo puede o:otinprel'lde<t' pdrq (1e deb'€!e.xamiclarlo , piri–

tuq.lmente ·:

Stult itia

'enim

est' Wi; 'et non pbtest intellige–

re

'e

quia spiritualiter examinatur.

Solo el espíritu de Dios·

pot-a darnos esta capacidad

y

esra·inteligencia;

y

este es–

pÍfillu

·debra ar don de :un

~ombre.

t>

i.os

.\Esre·

es

el Vetbo

hechC> carne, el cual

es

la ve éiadera l .z, que alumbra

á

·todo el hombre que viene al mundo:

Lúx vera , qttte illu–

mlnat omñem homhiem ventente1n in

hu110

mtt.ndum (Joan.

r.).

Solo los hijos v<trdad.eros

1

de Dios, saligos de ·la . tutela

y

puestos en

lib~rtad,

,son capaces de creer todas estas subli–

'IDes 've~ctrrdes

·<tle 'la JreiH?:i0n; el misterio de' la Trinidad. la

enea rnacion del Verbo Ja muerte del Redentor, su Resu–

-rreccion

gloriosa~

su

r~

y.no

todo espiritual , la e timacion

y

aprecio de la castidad, el precepto de perdonar las in–

jurias

y

de mortificar los sentidos, el consejo d la pobre–

za voluntaria; en

fin,

todas las imponantes verdade de la

r.eligion cristiana, ·que son un escándalo para el judío

y

una necedad para el gentil no convertido; pero que son

la fuerza

y

la sabiduría de Dios para los judíos

y

gen tiles

que son llamados:

Judceis quidern scandalum, gentibus au·

tem stultit iam

:

ipsis autem vocatis judceis atque grcecis,

Christum Dei virttttern, et Dei sapientiam

(

r.

Corint.

r.).

Esta cieneia sobrenatura l , descoPJocida hasta entonce ,

debia ser lá herencia de los cristianos

y

el fruto del naci–

miento del

Salvador.de

los hombres.