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·CUARTO DOMINGO
PRO POSITOS.
1
Ninguna cosa se manifiesta mas
qu~
un gran deseo.
El
corazon nunca e tá mudo, tiene muchos modos de ex–
plicarse, todas las pasiones son elocuentes; pero ninguna
es mas expresiva que la que nos lleva á desear un bien, aue
juzgamos nos conviene. ¡Qué bien mas grande que la ;al–
vacion ! ¡qué objeto mas digno de nuestros deseos, que la
venida del Salvador del mundo! ¡con qué impaciencia la
aeseaban los patriarcas
y
los profetas,
y
con qué términos
fan enérgicos la solicitaban!
i
Tenemos por ventura nos–
otros menos necesidad del Salvador que estos antiguos jus·
tos? ¿,por
qué
no hemos de tener el mismo ardor, los mis'·
mos deseos , la misma impaciencia que éllos tenían por re–
cibirle? Manifestemos estos
de
eos por nuestras súplicas.
Sírvete en es
s dias de sus peticiones,
y
de aquellas ora–
~ü:wes
jaculaJorias ql1e la1g1esia pone en tu boca, tan pro–
pi· s para avivar nuestra fe
y
nuestro amor. Dile
á
menu–
d
?Or
el dia:
Excita, Domine , potentiam tuam, et veni:
S.eifor
.,.
hacecd. ostentacion de vuestro poder,
y
venid
á
sal–
Yarnos :
Eece Deus wster venit, et satvabit nos:
Hé
aquí
á
nu~stro
Dios que viene,
y
nos
salva~á.
Ostende nobis, Do–
mine, misericordiam
Puarn ,
et ,salutare tuum da nobis:
Mos–
tradnos, Señor, vuestra misericorcUa;
y
dadnos el Salvador
<iue nos quereis enviar.
Universi qui te expectant, non con·
fundentur:
Ninguno de los .que os aguardan
y
os desean;
será c8nfuodido:
Confortnrnini et jam notite timere: E cce
enim D eus noster, "ipse veniet, et salvos nos f aciet:
Tened
,buen ánimo,
y
no temais; porque vuestro Dios vendrá , y
os salvará. Estas pequeñas oraciones jaculatorias son muy
propias para -excitar nuestro fervor en este santo tiempo.
2
Propon pasar cada dia hasta Navidad media hora por
la tarde ante el santísimo Sacramento para pedirle que él
mismo disponga
tu
corazon, infundiéndote deseos vivos
. de recibirle,
y ·
dale pruebas de tus deseos, de tu fervor
y
.de
tu
celo. No dexes de interesará la santísima Vírgen por
medio de alguna oracion particular, para que te alcance
nuevas gracias. Arregla tus devociones por las de la Igle–
sia, la que en todo el Adviento,
y
particularmente estos
últimos dias, mezcla tambien las oraciones que hace al Sal–
vador, con las que hace
á
su madre; el oficio de la misa