![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0367.jpg)
DE CUARESMA,
g:s3
ciados, bien presto se olvidan de .v0sotros: un nuevo ob–
jeto, un nuevo patron ocupa vuestro.puesto. ¡Buen
DiQS:,
qué digno de lástima es el que ha contado mucho sohie
un
tal fondo
!
.
·
· . ,.
,
1
'1
PUNTO SEGUNDO.
'
Considera cotno aunque los hombres' fuesen ó ménos
AJngratos ,
ó
ménos injustos y menos mudables, no se debe–
~ia
contar tampoco sobre su créditG y sobre su benevoi–
.lencia.' Los hombres nos pueden servir para adelantarnos ;
mas no para hacernos dichosos. El mayor favor no es
capaz de procurarnos un dia de salud, un cuarto de hora
de tranquilidad, media hora dé vida
i
Qué apoyo es ca·
paz de divertir nuestros tédios
~
i
qué crédito puede con–
tentar
á
un cotazon insaciable? Todo el apoy¡o de lo¡S
hombres no es otra cosa que una débil caña , que ·no sol9
se dobla, mas se rompe. Cuando su voluntad no fuera mu–
dable, ninguna cosa es mas caduca que su duracion ;
i~a
so son éllos dueños de sus dias? La personí:l sobre quien
cuentas uo puede élla misma contar con. que
es~at'á
maña–
na en vida. HabiePi o desaparecido una vez
est~
apoyq,
i
en qué
ararán todas nuestras esperanzas? Aunqµe hu.–
biésemos de sobrevivir á todos nuestros dueños,
á
todos
nuest
s patronos; Mué socorros pueden darnos á la horF&
de la muerte?
i
qué- bien pueden hacernos para la otra vi–
da? Todo Su poder, toda su benevolencia se
limit~
á este
puñado de dias que hemos de
vivir~
i
y
qué servicios pue–
den hp.cernos durante la
eternidad~
No sucede lo misn;io
con la confianza que tenemos en Dios, ni con fos socorros
y
ventajas que hallamos
en
su servicio. Inmutable, inca–
paz de mudanza' exento de pasiones' la misma bondad, la
sabiduría, la equidad ;; solo nuestra pura malicia puede ha-
.cerle mudar, por decirlo así, respecto de nosotros. En
todo tiempo encontramos en él un fondo inagotable de
bondad
y
de poder, que jamás está sujeto al humor
y
al
capricho: solo Señor de todos los eventos, fuente de todos
los bienes, no podernos dexar de ser dichosos, pe estar
contentos, miéntras estamos en su gracia. Que lOs hom–
bres se muden,
Dios
no es capaz de mudarse; que los hom–
bres dexen de ser,
Dios
subsiste siempre. En él hallamos
Tom. l.
Z