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I
352
VIERNES PRIMERO ·
ciones mas reales, todo esto se disipa al menor viento, to·
do se desvanece á la primera apariencia de un nuevo sis–
tema: maldito aquel que cuenta sobre estos sentimientos;
nada mas mudable que el corazon humano. En efecto, nin·
guna cosa se muda, ni mas á menudo, ni mas pronta–
mente que este móvil de Huestros sentimientos, de nues–
tras acciones,
y
aun de nuestrQs juicios
y
de nuestra es–
timacion:
~orno
er
amor propio
y
las pasiones son su prin–
cipal resorte, no debe admirarnos el que la conducta de
los hombres siga sus caprichos. Os estiman, os alaban, os
protegen, os aman;
ies
vuestra virtud, son vuestras bellas
cualidades, es vuestro mérito, lo que hace que se os aficio–
nen esos amigos, lo que os procura la estimacion
y
la pro–
teccion de los grandes: lo que os distingue en el
mundo~
Nada es mas justo, nada mas bien fundado\ nada os pue–
de responder
mas
bien de un crédito. de .un favor, de una–
fortuna mas durable; pero no bs fieis, basta un espíritu
de v.artido, un mal suceso, un nuevo interes_, una enfer.:
medad, para debilitar todos estos apoyos, para romper to–
dos estos -nudos, para hacer que desaparezcan todas esas
muestras de benevolencia; pero vuestra virtud persevera,
vuestras bellas cualidades suosisten; vuestro mérito no
se
ha extinguido; es verdad, pero los resortes se han mu–
dado, los pesos se han alterado: ya no es la misma ma–
no quien tiene la balanza ; un nuevo sistema de cosas ha
·hecho m_udar fas ideas ; nuevos motivos han hecho
na-
v
.
.
cer nuevos senum1entos : no es menester mas que una
envidi a , un terror pánico, una nueva pasion para ha–
cer que aparezca una nueva faz de cosas. Desconfián de
vuestra virtud demasiado austera, la estiman, pero la
temen : os creen opuesto
á
sus intereses particulares,
y
censor demasiado perspicaz de sus defectos : vuestra de–
masiada religiosa regularidad les sirve de embarazo ; no
es menester mas para desacreditaros, para infamaras.
Si
os creen inútiles
á
sus intereses,
ó
·á
sus designios , os ol
~
vidan: esa amistad, que parecia tan bien fomentada,
se
desmiente; ya no hay para con vos sino indifere.ncia
y
frialdad, ni aun
se
quiere que tengais esa virtud, ese mé–
rito, esas prendas, que merecian su estimacton; porque
ven que no es facil justificar una mudanza que está con–
denada por
la
razon
y
por el
buen juicio. Si os
ven desgra-
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