Table of Contents Table of Contents
Previous Page  354 / 396 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 354 / 396 Next Page
Page Background

340

JUEVES PRIMERO

caminamos

á

él en nuestras neéesidades, sino porque es·

tamos persuadidos·que su poder no tiene límites,

y

que su

liberalidad es infinita; de modo, qne·es necesario indispen-–

sablemente que nuestra fe

y

nuestra confianza hagan que

nos oiga. Orar

á

Dios

es hacer un acto, de religion, con el

cual se le da la mas grande honra, por decirlo así, que pue–

de recibir de una criatura, es dar á la granqeza

y

á

la bon·

dad de su ser el testimonio mas ventajoso que somos ca–

paces de darle. He aquí el verdadero .origen

y

causa de

la eficacia ge la oracion. Por este motivo es comparada

al sacrificio, por el cual se reconoce la soberana mages–

tad, l,a bondad infinita, la grandeza sin límites,

y

la om–

nípotencia de Dios. Comprendamos la dignidad, la vir–

tud

y

el mérito de este acto de religion. iMas de dónde na–

ce que no sean oidas todas nuestras

oracicmes~

de que ora–

mos, mal, de

qu~

ni aun

pensa~~s

que oramos. Porque,

i

que hombre serta tan poco reltg10so, que se atreviese

á

h~blar

á Dios con tan poco respeto, con tan poca aten–

cion, de un modo tan indecente, sabiendo que es

Dios

el

sugeto á quien habla en la oracion? La uracion solo es la

prueba de nuestra confianza; eslo tambien de nuestra fe·

i

qué acto de religion debe interesarnos mas? La

orado~

es entre las bort·ascas

á

que estamos expuestos el puerto

mas seguro

y

mas cercano. La oracion hace inútiles, tan–

to los ardides como ·los esfuerzos del enemigo de nuestra

salvaci911;

y

no es posible orar bien,

y

no vencer. ¿Que

desventura la de aquel para quien es inútil un can pode–

roso socorro! Pero hablemos de buena fe. Orando

á

Dios

como se ora,

i

pensamos que Ja oracion pueda sernos de

un gran socorro ?

PUNTO SEGUNDO:

Considera como el motivo: de que no seamos oidos es

porque embarazamos el· que Dios nos oiga. .Nos pasma–

mos al ver que sin

embar~o·

de todo lo que ha dicho el

Salvador de la infalibilidad de la oracion. tan pocas gentes

son oídas; itendríamos menos motivo de admirarnos,

si

orando tan mal, fueran mas eficaces nuestras

oraciones~

No acusemos al Señor de que estrecha sus promesas,

y

en–

·carece sus favores; nuestros motivos, nuestras disposicio-

I