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TERCER DOMINGO

P ROPOS !TOS,

Señor no nos pide, por decirlo así, para asistir–

nos en todas nuestras necesidades

colmarnos de sus gnt–

cias sino que tengamos una entera confianza en su bon–

dad.

Que pesar por toda la eternidad de un réprobo,

al ver que se ha condenado ·por falta de confianza ! Si los

príncipes para colmar de favores

los pretendientes solo

les pidieran el que confiaran en éllos, ¿habría algun súb–

dito ó cortesano que dexara .de confiar? ¿Y hemos de ne–

cesitar sierppre de estos paralelos odiosos, de estas com–

paraciones impropias, para conocer nuestro mal proce- .

der

la injusticia de nuestra conducta para con Dios? Ac–

tivos para nu

ros propios int

ereses 1

1ando se

trat~

estos bienes perecederos, de que

solo.se

ri'vs

ha confiado el

ciepósito, nada omitimos para t

omar to

dos los medios ne–

cesarios para .conseguirlos; ¿por ventura nos faltaría la

_fiarza, si supiéramos que nos ei:a absolutamente nece–

; para que tuviesen efecto nuestros deseos? ¿De don–

de, pues, nace que solo nos ha de faltar la confianza cuan–

do tratamos con

Dios~

No necesites hacerte esta recon–

vencion de hoy en mas. La confianza es una virtud que

Dios quiere que tengas; pídesela,

está seguro que te la

,co cederá. Dile á menudo

Credo, ·Domine , adjuva incre–

du1itatem rneam:

Yo creo, Señor, que vos me daréis la gra–

cia

q~·

os pido;

que aumentareis la confianza que ·ten-

go en vuestra bondad.

Antes de empezar todas tus oraciones

pro~ura

ex–

citar en ti esta misma confianza, mirándola como una dis–

posicion esencial para ser favorablemente oído. No ce ol–

vides en todas tus necesidades de excitar tu confianza, re–

curriendo á Dios en cien sucesos adversos de la vida , en

que tendrás necesidad de especiales socorros. Aviva tu

confi anza, inspirando á los otros esta virtud tan necesaria.

Y en las ocasiones que se ofrezcan da pruebas de tu fe

de tu confianza. Puedes decir todos los dias la oracion si·

guiente:

Credo, Domine, sed credam firmius : spero, .Domi–

ne, sed sperem securius: amo, Domine, sed amem ardentius:

doleo, Domine, sed doleam vehementius :

Creo en vos, Se–

ñor; pero haced que mi fe sea cada dia· mas viva,