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TERCER DOMINGO
to desconfiar de que nuestro Dios nos haga la justicia
que
se ha encargado de hacernos? Este derecho de hacer jus–
ticia no toca sino
á
Dios, supremo juez, el cual solo no put–
de ser seducido ni engañado por pasion ni por interes.
El evangelio es del cap.
8
de san Mateo.
In
il/o tempore:
Cum
descen–
diuet Jesus de monte, sequutie
sunt eum turbie multie: et ecce
.leprosus venien.r, adorabat eum,
dicen.r: Damine, si vi.r, pote.r
me mundare. Et extenden.r Je–
su.r manum, tetigit eum dicen.r:
Volo, munJare. Et confe.rtim
mundata
e.rtlepra eju.r. Et ait
-illi
Je.ru.r: Vide, nemini dixe–
ris: sed vade, o.rtende te sacer-
4oti
~t
of er munu.r, quod prie–
cepi
~lf
:
re.r,
in
te.rtimonium il–
li.r. u
ri
autem introi.rset Ca–
pharnaum, acce.rsit ad eum Cen–
turia, rogan.r eum, et dicen1: Do–
mine ,puerrneu1 jacet in domo pa–
ralyt icu.r, et male torquetur. Et
ait illi
.f
esu1: Ego veniam, et cu–
rah'o ei.Ítn. Et respondens Centu–
ria ait: Domine, mm .rum dignus
ut intre.r
1
ub tectum me1im: sed
tantum die verbo, et sanabitur
puer meus. Nam et egohomosum
sub potestate con.rtitutu.r, habens
sub me mitites,et dico huie: Vade,
et vadit;et alii, Veni,et venir: et
servo meo, Fac hoc, etfacit, Au–
dien.r autemJe.ru.raJmiratus
e.rt,
et sequimribaf se dixit: Amen di–
co vobi.r, non invenit tantam
fi–
dem in lsraé'l. Dico autem vobi.r,
quOd multi ab Oriente
,
et Occi–
dente venient, et recumbent cum
A braham, et Irnc, et Jacob in
regno crelorum
:
filii autem reg–
ni ejicientur in tenebra1 exterio-
En aquel tiempo: Habiendo baxa–
do Jesus del monte, le sigui éron
muchas turbas: y he aquí que vi–
niendo un leproso, le adora ba , di–
ciendo : Señor , si quieres, pue–
des limpiarme. Y extendiendo Je–
sus la mano , le tocó , diciendo:
Quiero, limpíate; é inmed iatamen–
te se limpió d
¡
lep ra. Y
Jesu~
le di xo: Cuid. do que lo d gas
á
nadie; sino vé , preséntate al sacer–
dote,
y
ofrece el don que mandó
Moyses pa ra que sirva
á
es s de tes–
tificac;on . Habiendo ent rado despues
en Capharna'um , se llegó
á
él un
Centurion supl itá nd le y d iciéndo–
le: Señor, mi criado e tá en cama en–
fermo d perlesla en mi casa ,
y
es
atormentado mucho. Y Jesus le di–
xo: Yo iré
y
le curaré. Mas el Cen–
turion respondiéndole, dixo: Señor,
yo no soy digno de que entres en mi
casa: sino d ilo de pah bra,
y
mi cria–
do será sano. Porque aunque soy
sub3lterno, soy hombre que tengo
á
mis 6rdenes soldados,
y
digo
á
uno
ve, y va: y
á
otro ven,
y
viene:
y
él
mi criado, haz tal cosa,
y
la hace. O–
yendo esto Jesus, se admiró,
y
dixo
á
los que le seguían: Os digo de
ver~
dad que n9 he encontrado en. Israel
una fe tan grande. Y os aseguro que
vendrán muchos del Oriente y Occi–
.Iente, y se sentarán con Abrahart,
Isac
y Jacob en el reyno de los cie–
los: mas los hijos del reyno serán
arrojados
á
las tinieblas exteriores: