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de los que esperan en él.
Beati omnes
,
qui confidunt in
eo: (Salm.
2.)
No hay uno de los que ponen en Dios toda su
confianza, que no sea dichoso.
Qui confidunt in Domino
sicut mons Sion.
(
Sa!m.
124.) Los que ponen en Dios su
confianza, serán tan inexpugnables como el monte Sion.
Qui confidit in illo,
dice el Sabio,
non minorabitur:
(
Ec.
32.)
E l que confia en él, no padecerá menoscabo.
Non est con–
fusio confidentibus in te
(
Dan.
3. ).
Exclama el profeta
Daniel: Jamas vió frustradas sus esperanzas el que confió
en vos. Toda mi felicidad consiste, dice David , en poner
en Dios mi confianza:
Ponere in Domino Deo spem memn.
(
Sálm.
72.) El
Señor se halla siempre al lado de los que
le invocan para servirles de alivio, pero de los que le in–
vocan con una verdadera confianza :
Omnibus
invocantibu~
eum in
veritate.~alm.
124.) Todos los s<U_mos de David,
todos los
libro~
los profetas, toda la
sa~ada
Escritura
está llena de exhortaciones á todos los fieles para persua·
dirlos á que pongan toda su confianza en Dios, asegurán–
doles
que
esta confianza es todo poderosa,
y
que
n
ca
falta.
¡
Buen Dios!¿, qué medio mas corto,
y
mas fá'
a–
ra nuestro bien
estar ·~
Nos quejamos de que no somos oi–
dos; quejémonos de. que nos falta la confianza.
Esto es hecho, Señor, vos no tendreis ya motivo de ha–
cerme semejante reconvencion; porque con los auxílios de
vuestra gracia espero que mi confianza en vos será de hoy
en adelante tan perfecta, que os obliga rá
á
asistirme en
todas mis necesidades;
y
á
concederme todo
lo
11ue
os
pida,
y
sea concerniente
á
mi salvacion.
DESPUES DE LA EPIFANÍA.
/
J
AC U L AT O R 1A S.
In te, Domine, speravi , non confundafin ceternum.
Salm.
7.
En vos, Señor, he puesto toda mi confianza,.estoy segu·
ro
que no habré esperado en vano.-
In Domino confido
:
quomodo dicitis anirnte mete: Transmi–
gra in montem?
Salm.
10.
Y
o
he puesto en Dios mi confianza :
i
por qué
me decis
que
huya al
monte~
....
r
,