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DESPUES DE PENTECOSTES.

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-como os doleis de las vues tras ,

y

compadecéos de todos

sus trabajos.

Misericórdes :

tened misericordia; pero ad–

vertid ·

que

la mi ·erico ;dia no es sola una te rnura del al- .

ma por las mherías agenas; es ademas de esto

Hn

ver–

dadero deseo

de

remediad as ;

y

así no os contenteis con

sentir

y

llorar

sus

males, procurad aliviárselos con vues–

tros consejo , con vuest ra proteccion, con vuest ras li–

mo .,nas: sabed que la miserico rdia dice a lgo mas

que la

simp e compasion:

M odésti, hzímiles;

sed modestos

y

hu–

mildes: la verdadera humildad es inseparable de

la

mo–

destia.

i

Que cosa mas nntural

que

ceder los p rimeros pues–

tos

a

aquellos que estim3.mos en mas que

a

nosotros mis–

mo"~

El

que es mode to

y

humilde, es contenido,

cir–

'"'unspecto,

prnd~nte

en sus palabras, en sus juicios,

en

sus acciones ; la humil dad

y

la modestia hacen en parte

el cará

~ ter

de los verdaderos cristianos.

Non reddéntes

malum pro malo, nec maledfctum pro maledfcto

: no vol–

vais ma l por mal,

ni

maldicion por maldicion.

La

ley

crist iana

que

nos manda amar

a

nuestros enem igos,

y

hacer

bien 1

lós que nos hacen mal, está muy léjos

de

permitirnos volver mal por mal, ni que nos venguemos.

Al

contrario,

añade

San

Pedro, bendecid

a

los que os

maldicen ;

y

haci~ndo

esto, pondréis carbones encendidos

sobre suo;; cabezas, segun lá expresion de San Pablo. Si

los ganais con vuestros beneficios , queda bastank casti–

gado su rencor por la

ver~üenza

y

el sonrojo que les cau–

sais;

y

si continúan en aborreceros sin embargo

de

vues–

tros beneficios , quedais suficientemt!nte vengados por la

confe ~ ion

que se ven

precis~do"

a

hacer de vuestra vi r–

tud

y

de su baxeza.

Mas justo eres que yo,

decia en se–

mejante caso Saul

a

0 ,ivid. Ni penseis que esco sea

un

puro consejo, que solo habla con los perfectos; es un pre–

cepto claro

y

expreso.

Q,uia

in hoc vocáti estis, ut be–

tzedictionem htereditáte possideátis

: pues para esto sois

llamados,

si

quereis ser herederos de la bend icion. Esta

eo;;

la vocacion de todos los cristianos: esca señal da

a

co–

nocer los que son discípulos de Jesucristo: e l ca rácter de

é 'l tos es ser humildes, modestos, cari tativos, bienhecho–

res,

y

de llenar de bienes

a

los que

mas

Jos injurian. Tal

fué

la vida de los primeros cri 'itianos;

y

tal es aún el dia

de

hoy

el espíritu del cristianismo.

e

4

Qui