DOMINGO QÚINTO
y
.mi salud' : el Señor tne alumbra, me defiende, me hace
evitar los lazos de mis enemigos,
y
vela en mi conser–
vacion :
Q,uem timebo?
i
A
quien tengo que temer
?
Por
estos dos versículos del salmo
26
empieza la misa de este
día. Quanto mayor es la 6bligacion que tenemos de as–
pirar
a
la perfeccion , tanto mas debernos orar con con–
fianza·;
y
quanto mas difícil es
el
edificio de Ja perfec–
cion cristiana , tanto mas debemos contar con la gracia
de Dios
y
con su ayuda.
La epístola de la misa es de la primera de San
Pe–
dro : en ella exhorta el santo apóstol
a
los fieles
a
tener
entre sí una perfecta union, una benignidad compasiva,
/
una caridad universal, una afeccion llena de ter
:.ira,
una
J
mansedumbre capaz
de
ganar los corazones,
a
no
volve1
mal por mal; ántes bien
a
desear todo género de bienes
a
aquellos mismos que nos maldicen, sabiendo que todos
hemos sido llamados
a
esta perfeccion ,
a
fin de recibir
¡
de Dios la bendicion que
nos
ha de poner en posesion de
l
la herencia. Los exhorta-
a
evitar la mun.nuracion
y
la
mentira ,
a
padecer por la verdad
y
la justicia '
y a
no
temer los males con que pudieran ser amenazados; final–
n1ente,
a
no turbarse por nada , sino
a
dar gloria
y
tes–
timonio en toda ocasion
el
la santidad del Señor por una
vida inocente
y
por una conducta irreprehensible.
Omnes unánimes in oratione estate.
El
santo
apóstoT,
despues de haber dado muchos avisos saludables
a
las per–
sonas de ciertos estados en particular, habla de las obli–
gaciones que son comunes ·a tódas las condiciones: la des–
cripcion individual que hace de ellas es una corta Jeccion
-que encierra toda la perfeccion cristiana. Empieza por
la oracion, la que recomienda
el
todos los fieles como un
medio seguro
y
eficaz para obtener el socorro del cielo
en todas las necesidades. Tened todos, dice, un mismo es._
píritu, así como debeis tener todos
d
'mismo fin
y
el mis-
mo principio :
Compatiéntes, fraternitátis amatores, mi–
sericórdes, modésti, húmiles:
la caridad es el lazo de la
perfeccion;
y
así tened una benignidad
y
un amor los unos
para con los otros, que tome parte en las diferentes dis–
posiciones de gozo
u
de tristeza en que veais
a
vuestros
hermanos;
y
pues debeis arnar
a
vuestros próximos co-
mo
a
vosotros mismos , doleos de todas sus aflicciones,
c:o-
)
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