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386 · DOMINGO VEINTE Y QUATRO

del juicio final se

m~nifestará

esta gloria con todo su res–

plandor ,

y

su poder se hará respetar

y

temer con

aque–

lla ml gestad deslumbradora que le rodeará. Hasta las cria–

turas inanimadas, sintiéndole acercar, se ma·nifes tarán so–

brecogidas de temor'

y

le inspirarán

a

todos los es píritus.

El

sol se obscurecerá, la luqa perderá su luz , las estre–

llas se

a

pagarán ,

el

cielo se conmoverá, los ángeles

en–

cargados de reglar

el

movimiento de los cielos esta rán

atónitos, en cierto modo , al ver que todo el universo

m uda

de

semblante :

V irt útes ccellJrum con

movebúntur.

L as olas

d.el

ma r, agitado

de

fur iosos vientos, parecerán

amenazar

a

la t ierra una inundacion

~eneral.

La tristeza

y

la · muerte pintadas en el rostro de los vi vj entes les

desecarán hasta los h uesos,

y

er

terror

Ífl ..

""" '"1

1

1..0:-- 1.

la de–

solacion sobre toda la tierra :

Tu

/

parebit

signum Fílii

hdminis.

Esta seña't

de

la

llei!:J

-~ ª

del Soberano Juez será,

dicen los parl res. eJ

p

_r., -

...

arte de su cruz. Esta cruz bri–

llará en los ay

1·es ,

y

se :rá un espec tácu lo verdaderarnen:–

t e ag radab1e

a

los

que

la llevarán grabada en el cora–

zon; pero muy terrible para aquellos que la habrán mi–

rado_

con horror.

¡

Pero que sentimientos

de

temor

y

de

espanto no inspirará en el alma aquella voz terrible tan

sonora como de todos los hombres con que los ángeles

11a·

m arán

a,

todos los muertos para que vengan.

e}

presen–

tarsl! en el tribunal del supremo Juez

a

oir de su boca

la

terrible sentencia de su eterno destino

!

Ab árbore

autem

fici,

·añade el Salvador,

dfscite pa–

r ábo!am

:

·o id

una parábola -tornada de la higuera: quan–

d_o echa hoja_s, conoceis que está cerca el verano;

a

este

m odo

quando ·veis suceder todas estas cosas, sabed que el

Hijo

del hombre está cerca,

y a

la puerta. Con esta com–

p aracion, que era como un proverbio éntre los judíos

y

entre to dos los orientales, advierte Jesucristo

a

sus após–

toles,

y a

todos Jos

ju ~íos

convertidos :Lla fe, que estén

alerta s.obre todas las señales que acaba de darles, para

que

no se encuentren tambien ellos envueltos en las calamida–

des

que

les sucederán

a

los dernas; tambien advierte con

esto

el Salvador

a

los cristianos

de

los últimos tiempos,

que estén con cuidado para no ser sorprehendidos del ter–

rible

dia de su- furor:

Amun dico vo'bis,

quia non

prceteri–

bit

generátio hcec, dónec

dmnia

hcec

fiant

:

En

verdad os

di6o , que no pasará esta generacion , sin que suceda y

se

ve-