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DOMINGO
VEINTE
Y
TRES
dium
meum
&
corona mea: sic state
in Dómino
clJarlssi–
mi
:
así , hermanos mios muy amados, que sois el objeto
de
mis deseos, mi gozo y ·mi corona, estad siempre, co–
mo lo e tais constantemente, unidos al Señor , carísimos.
Este elogio les hace mucho honor
a
los filipenses: da una
alta idea de su virtud , y parece no podía San Pablo ala–
barlos de
un
modo mas delicado y mas fino.
Su
constan–
cia en mantener pura la fe, sin embargo de todos los ar–
tificios de los falsos apóstoles, les habia merecido la es–
timacion
y
ternura del santo apóstol, cuya corona hacian
en parte los filipenses por su piedad, la que jamas de–
cayó de su esplendor por la regularidad de su . conduc–
ta , y por la pureza de sus costumbres. La epístola aca–
ba exhortando
a
Evódia
ya
Síntica
a
vivir con una.gran–
de armonía entre sí : eran estas dos
mugetf~s
de
gran–
de
autoridad , hacían grandes servicios
a
aquella iglesia,
y
habían tenido al gunas diferencias; el santo apóstol las
_
exhorta
a
la paz. Síntica escá en el número de las
San–
tas : de ella hace meticion el Mardrologio
a
22
de julio.
San Pablo encarga al fiel compañero de sus trabajos apos–
tólicos que contribuya
a
su perfecta reconciliacion,
y
que
las provea de quanto necesiten :
Etiam rogo
&
te
,
ger–
máne compar.
Era éste alguno de los mas distinguidos
y
acomodados entre los fieles de Filipos, cuyo nombre
se
ignora. Puede ser que fuera el obispo de Filipos; éste era,
al parecer' el único
a
quien convenia mas bien asistirlas
en sus necesidades, y restablecer entre ellas aquella bue–
na inteligencia que se habia ·alterado y desconcertado al ..L
gun tanto. San Pablo le recomienda. estas dos virtuosas
mugeres que le habían ayudado en el ministerio evangé–
lico; esto es, que habiéndose convertido muy luego
a
la
fe, habían contribuido despues mucho
a
la
conversion de
los otros. Como en la Grecia ·
y
-tambien en todo el
Orien-
te las mugeres se dexaban ver raras veces en público ,
no
podían los apóstoles trabajar en la conversion de ellas
sino valiéndose
de
ot ~ as
mugeres
ya
cristianas; y esto
es
lo que Evódia
y
Síntica habían hecho con mucho zelo
y
mucho fruto;
y
esto
es
tambien lo que en t iende San Pa–
blo, quando dice:
A djuva illas
qute
mecum
laboravérunt
·
in
eva¡ig élio
cum
Cleménte
,
&
cceteris
adj tttóribus
meis:
te pido
y
ruego las ayudes porque trabajáron conmigo,
y